Malcolm Bricklin fue el fundador de esta marca a la que puso su apellido y que solo tuvo un modelo en producción, el SV-1, cuyas siglas significan Safety Vehicle, el primer deportivo de la historia pensado para ser seguro, un parámetro que a principios de los años 70 no era tenido en cuenta a la hora de diseñar un coche . El señor Bricklin fue todo un visionario ya que hace casi medio siglo este llamativo cupé se adelantó a tendencias que hoy son totalmente actuales, como la seguridad o el debate de si fumar conduciendo es seguro. EL SV-1 no tenía cenicero ni encendedor ya que Malcolm Bircklin no fumaba y consideraba que no era seguro hacerlo mientras se conducía.

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Silverstone Auctions//Car and Driver

Las líneas del SV-1 fueron creadas por Herb Grasse, el diseñador del Batmóvil original de la serie de televisión de finales los años 60, que se realizó aprovechando el concept Lincoln Futura. Fue el primer automóvil con puertas de ala de gaviota con accionamiento totalmente eléctrico, lo que las convertía en realmente cómodas ya que solo había que pulsar un interruptor. La carrocería contaba con un arco de seguridad integrado en la propia carrocería, y los paragolpes estaban diseñados para soportar impactos leves y proteger a los peatones en caso de atropello.

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Un auténtico deportivo

Malcolm Bricklin quería que su coche tuviera unas excelentes prestaciones y recurrió a un V8 probado y fiable, algo que no ocurriría años más tarde con el Delorean, que ni era rápido ni fiable. Los SV-1 construidos en 1975 y 1976 estaban equipados con el reconocido motor Ford V8 de 5,7 litros acoplado a una transmisión automática de tres velocidades, aunque los primeros que se fabricaron en 1974 ofrecían la opción de una caja manual de cuatro relaciones. El rendimiento del Bricklin resultó ser excelente en comparación con el Corvette de la época, modelo que la prensa de los años 70 utilizó como referencia para las pruebas del nuevo deportivo fabricado en Canadá.

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La falta de experiencia en la industria del automóvil y sus problemas financieros obligaron a Malcolm Bricklin a presentar suspensión de pagos cuando solo se habían fabricado 2.897 unidades del SV-1 entre 1974 y 1976, destinadas exclusivamente para el mercado norteamericano. En ese momento la deuda de la marca era de 23 millones de dólares. Se calcula que todavía quedan unos 1.700 Bircklin activos en el mundo y hay una legión de fieles seguidores de este modelo, además de varios proveedores de piezas y kits de conversión de puertas y diferentes elementos de carrocería.

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El Bricklin SV-1 que aparece en las imágenes ha sido subastado en la última edición del Classic Motor Show de Silverstone Auctions. Tiene solo 56.000 kilómetros y su propietario le instaló un sistema para poder accionar de forma remota la apertura de las puertas, pero todo lo demás es original. Se ha adjudicado por 23.800 euros, un precio dentro del rango estimado antes de iniciarse la subasta.

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