Las 'drag races' siguen dando de qué hablar en la red y es que si hace poco alucimos con el Nissan GT-R que perdió el capó a casi 300 km/h, hoy hemos hecho lo propio con este AMC Gremlin de Brian Ambrosini, popularmente conocido como "wheelie king"–o lo que lo mismo–"el rey del caballitos".
Este clásico de 1974 ha sido preparado al puro estilo americano, es decir, a lo bestia y según afirma su dueño, alcanza una potencia de 1.300 caballos. No lo ponemos en duda y seguramente tú tampoco lo harás después de verlo en acción porque a diferencia de la mayoría de coches que participan en estas carreras de exhibición, este AMC Gremlin realiza caballitos de hasta 200 metros de longitud, prácticamente la mitad del famoso cuarto de milla (420 metros), la distancia que suelen cubrir estos monstruos.
El vehículo y sus preparadores tienen mérito, pero el valiente por excelencia es el propio Brian. Lo más complejo de su número es sin duda es regular el gas para mantener una entrega de potencia elevada y más o menos lineal para que el vehículo se mantenga en tren superior en el aire. El resto es tener los 'arrestos' suficientes para recorrer semejante distancia sin ver nada más que el cielo.
El resultado es espectacular pero para lograrlo, Brian ha tenido que prepararse duramente y sufrir accidentes y vuelcos importantes en distintas ocasiones. De hecho, en el último caballito que podéis ver en el vídeo que viene a continuación, podéis ver como el Gremlin no cae del todo bien y rompe la luna trasera. Un mal menor para nuestro "wheelie king" que se muestra extasiado después de completar su número. Todo un showman, sí y ni imaginamos la adrenalina que tiene que liberar en ese cockpit saltarín.
Así quedó este Ferrari 488 Spider tras una fortísima colisión
Experto y apasionado del motor y la comunicación en todas sus formas, recalé en Car and Driver a finales de 2007 y desde 2016 dirijo este site. Periodista de vocación y formación, conservo buenos contactos en el sector y trato de que la información que leas aquí sea la más inmediata, completa y veraz. Pero también realizo pruebas, comparativas, noticias, entrevistas... y en mis ratos 'libres' crío a tres niños pequeños que –con diferencia– es el trabajo más duro de todos los que he hecho jamás.
