Todo parecía tranquilo en la madrugada del jueves en la localidad de Dokka, un pequeño pueblo a unos 110 kilómetros al norte de Oslo, hasta que un pequeño niño de 10 años decidió levantarse, vestirse, coger a su hermana menor –18 meses– y las llaves del coche familiar para hacer una visita a sus abuelos sin contar con los padres, que dormían plácidamente.

La peculiaridad es que la casa de sus abuelos se encuentra a un centenar de kilómetros de la suya, en la localidad de Valdres.Tras 'aposentar' cuidadosamente a su hermana en el interior del vehículo salió a carretera mientras estaba aún amaneciendo.

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Fue capaz de conducir durante más de 10 kilómetros sin la menor incidencia, cuando a causa de la nieve que caía con fuerza y se había acumulado ya sobre el asfalto, perdió el control del coche y se salió, quedando atascado en un arcén.

Afortunadamente un conductor de quitanieves fue testigo del accidente y auxilio a los niños, dando aviso a la policía de inmediato. El ocurrente 'infante conductor' declaro a la llegada de la autoridad que no era un niño, sino un enano que había olvidado la licencia de conducción en su casa...

El Sr. Baard Christiansen, portavoz oficial de la policía de la localidad, ha declarado que lo importante fue constatar en los primeros instantes que "tanto el osado piloto como su hermano se encontraban perfectamente, e incluso el coche tampoco había sufrido daños importantes".

Por su parte, los padres han afirmado que se han llevado el susto más grande de su vida, cuando "al levantarnos vimos que ni los niños ni el coche estaban en casa". "Lo último que pudimos imaginar era que el pequeño lo había cogido para vivir su gran aventura particular".La policía anuncia que no va interponer ninguna denuncia, aunque sí ha reprendido duramente a los padres por no custodiar adecuadamente a sus hijos.