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Quienes tienen costumbre de conducir a diario, y no digamos ya los que nos apasiona el automóvil, tenemos una pesadilla recurrente entre muchas: la de olvidarnos de poner el freno de mano, o que éste falle y entonces nuestro preciado coche, la joya de nuestros amores y desvelos, termine estrellado contra lo primero que atrape en su caída. O algo peor, que caiga a donde no podamos recuperarlo, o donde dicho rescate no merezca la pena, y lo perdamos para siempre sin remedio.
Precisamente, una pesadilla así es la que ha vivido en sus carnes este aficionado a los coches de época de California (EE UU), quien llevó su Packard Business Coupe de 1939 a la orilla de un lago para sacarle unas fotografías, y terminó viendo impotente cómo se hundía en el agua.
Una tragedia posiblemente irrecuperable
Esta historia ocurrió recientemente en la región californiana de Canyon Lake donde, según cuentan los medios locales como The Press-Enterprise, el desafortunado propietario dejó estacionado el Packard en la rampa del muelle que permite introducir en el lago las embarcaciones pequeñas. Su intención no era otra que utilizar la laguna y su entorno como un idílico fondo para fotografiar su clásico.
Las circunstancias del incidente no están demasiado claras (por ejemplo, se desconoce si falló el freno de estacionamiento del coche), pero lo que sí se sabe es que, ante la atónita e impotente mirada del propietario (suponemos que con la cámara en la mano), el Packard cayó rodando por la pendiente hasta el agua, donde quedó sumergido por completo.
En paralelo, tras contemplar la escena en sus cámaras de seguridad, los gerentes del muelle avisaron a los bomberos locales, quienes en un principio acudieron temiendo que hubiese pasajeros dentro del coche. Veinte minutos después de su llegada, el desconsolado conductor se acercó al equipo de rescate para explicar el suceso detallando, en un estado que los bomberos definieron como "muy emocional", que nadie más iba a bordo del Packard.
Finalmente, los bomberos fueron capaces de sacar el veterano Packard del agua, aparentemente sin daños visuales aunque, claro está, necesitará una reconstrucción exhaustiva para sobreponerse al estropicio que habrá causado la entrada masiva de agua en el motor, el cableado eléctrico o los acabados del interior. Puede que esta joya sobre ruedas tarde mucho en volver a brillar. Y todo por un repentino infortunio.
Especializado entusiasta en motor, competición, historia y técnica del automóvil. Eterno aprendiz, también, en el novedoso sector de la movilidad sostenible. Licenciado en Periodismo con varios años de experiencia en esto de hablar sobre las cuatro ruedas.
