No es la primera vez que nos referimos a un problema por desgracia habitual entre los conductores, sufrir alguna avería en nuestro vehículo. Como te contamos aqui gracias al RACE y su Barómetro de Averías 2017 conocimos cuales fueron el pasado verano los principales problemas que sufrimos los conductores en carretera y que nos obligaron a llamar a la grúa. Fueron los relacionados con la batería, seguidos por los neumáticos y en tercer lugar el motor.

Ahora es SPG Talleres quien nos detalla los tipos de averías que presentan más complicaciones para los talleres, dado que existen ciertas incidencias que presentan más complicaciones a la hora de detectar y solventar una avería.

En primer lugar hay que destacar que hay problemas que se solucionan con una sustitución, otros con arreglos en los que se repara la pieza o piezas afectadas y otras averías que directamente no es posible reparar. En el ranking que ha elaborado SPG Talleres destacan las siguientes:

Averías eléctricas

El incremento de las prestaciones en todos los sentidos de los vehículos nuevos ha supuesto que utilicen kilómetros de cableado –un vehículo actual lleva en torno a 2– que unen sistemas de control, sensores, termistores – elemento de detección de temperatura–, etc. Todo esto supone que ante un fallo eléctrico cueste determinar la razón de la avería.

A esto se añade que estos elementos suelen estar unidos entre sí, lo que supone que el fallo se agrave por falsos contactos, derivaciones a masa o cables defectuosos.

Un vehículo actual tiene en torno a 2 kilómetros de cableado.

Por estos motivos ante una avería eléctrica resulta complicado y determinante averiguar la causa aunque una vez conseguido la solución suele ser relativamente sencilla, sado que lo habitual es sustituir la pieza que provoca el fallo.

Averías en el motor
Pistones, cigüeñal, bielas, cilindros… Dada la cantidad de piezas que forman un motor muchas veces en el taller se ven obligados a sacar del vano el bloque entero, con el coste que esto supone. Una vez fuera el mecánico tiene que ir desmontando pieza a pieza hasta dar con la avería, lo que se traduce en horas de mano de obra y deriva en un coste importante para el cliente.

Averías en caja de cambios
Desgaste en los cojinetes, fallos en las varillas del cambio, falta de lubricación son los problemas más habituales de este tipo de sistemas. Según SPG Talleres la versión manual puede presentar más fallos que un sistema automático pese a la mayor presencia de componentes electrónicos que emplea éste.

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En cualquier caso su reparación suele ser costosa dado que el mecánico tiene que extraer la caja completa e ‘indagar’ entre sus piezas. En el caso de las cajas de cambios automáticas, aunque no siempre es necesario extraer todo el sistema, se presenta un problema añadido debido a su complejidad y es que para su reparación se requiere de personal especializado en este tipo de sistemas.

Ante esta situación ¿cómo evitar estas averías?
Sin duda lo mejor es realizar un mantenimiento adecuado. Chequear el vehículo para detectar los fallos prematuramente y así evitar que la avería se propague y afecte a otros componentes, encareciendo y complicando aún más la reparación.

Muchas de estas operaciones preventivas las puede llevar a cabo el propio usuario. Detalles como cambiar el aceite puntualmente, mantener los niveles de líquido refrifgerante en el punto óptimo o mantener limpio el motor son algunos ejemplos y puntos clave para evitar averías en nuestro vehículo.