Como se ha conocido posteriormente, la vida del dictador Saddam Hussein y de toda su familia estuvo plagada de excesos y rodeada de lujos. No es la primera vez que nos llegan noticias sobre la colección de coches de lujo que tenía el dictador, si bien ésta en realidad estaba en poder de uno de sus hijos, concretamente de Uday, el mayor de todos.
Pues ahora ha trascendido que en una discusión entre el propio dictador Saddam Hussein y su hijo Uday, la disputa acabó tan mal que el dictador ordenó a varios de sus guardias quemar todos los coches de la colección, entre ellos el preciado Ferrari F40 que se aprecia en la imagen.
La historia se ha conocido gracias a las declaraciones de algunos guardias que fueron los encargados de ejecutar la orden del dictador y que han sido recogidas por el escritor Will Bardenwerper para el periódico New York Post, quien también confirma que el dictador estuvo presente durante todo el suceso.