El BMW Serie 3 de la generación E30 sigue siendo uno de los coches más adorados del mundo. Dicho esto, no todas sus unidades han terminado en manos de propietarios cuidadosos. Este E30 cupé, en concreto, se ha pasado los últimos 14 años pudriéndose dentro de una casa abandonada, y ahora tenemos la oportunidad de contemplar su rescate y limpieza por parte del equipo de WD Detailing.

El E30 aterrizó en 1984 como la segunda iteración de la Serie 3, vendiendo más de 2 millones de unidades hasta el final de su producción en Europa en 1994. Si bien el E30 es quizá más reconocido por servir de base al primer M3, su chasis también albergó, por primera vez en la Serie 3, carrocerías sedán, familiar y cupé, así como fue el primer BMW con tracción integral. Este cupé rojo estuvo de alta por última vez en 2010, y no parece haberse movido en estos últimos 14 años.

La casa en la cual se encontró estaba prácticamente en ruinas, con grandes secciones del tejado derrumbadas. La exposición del coche a la intemperie no ha sido amable con él, dejando ver numerosos síntomas de corrosión. El equipo de WD Detailing percibió al instante la peste que emanaba del derrelicto clásico como consecuencia de su mal almacenamiento.

Después de explorar el ruinoso edificio, el equipo trabajó rápidamente para liberar al E30 de su tumba. En un principio, intentaron remolcar el coche fuera del garaje tirando de los brazos de la suspensión trasera, lo cual fue un desastre. Las piezas corroídas no aguantaron los tirones, arrancándose de cuajo de sus anclajes. Un juego de ruedecillas auxiliares ayudaron a remediar el problema, permitiendo rotar el coche para alcanzar el gancho de remolque frontal. Descargar el coche en su taller fue, de nuevo, otro desafío similar para el cual hubo que recurrir a la vieja trigonometría con correas.

Una vez en el taller, el equipo comienza el proceso de detallado con un aspirado concienzudo del exterior. Con todos los residuos sueltos fuera, tratan el E30 con un spray desengrasante. Ya sólo con él, el coche tiene un aspecto sorprendentemente distinto, pero los años de descuido son difíciles de esconder. El capó estaba oxidado y necesitó una palanca para abrirlo, revelando debajo un vano motor lleno de corrosiones. El habitáculo no es mejor, lleno de óxidos e indicios de ratones.

Al final, el equipo decidió que sería mejor utilizar este coche como donante para otros E30, probablemente lo mejor que puede hacerse con él. No tiene sentido salvar todas las unidades, y menos una oxidada, llena de excrementos de roedor y con transmisión automática.

Vía: Road & Track
Headshot of Lucas Bell
Lucas Bell


Born and raised in Metro Detroit, associate editor Lucas Bell has spent his entire life surrounded by the automotive industry. He may daily drive an aging Mustang, but his Porsche 944 and NB Miata both take up most of his free time. 

Lettermark

Especializado entusiasta en motor, competición, historia y técnica del automóvil. Eterno aprendiz, también, en el novedoso sector de la movilidad sostenible. Licenciado en Periodismo con varios años de experiencia en esto de hablar sobre las cuatro ruedas.