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Peter Mullin y su esposa Merle, eran dos verdaderos apasionados del automóvil y en especial de los fantásticos diseños franceses de principios del siglo pasado, aquellos coches que encarnaron el estilo art-decó, con una elegancia única. Peter y Merle consiguieron hacer una asombrosa colección de estos coches clásicos y en 2010 fundaron el Mullin Automotive Museum en Oxnard, California, Estados Unidos. El edificio del museo está lleno de historia y fue propiedad del editor de prensa Otis Chandler.
En los casi 5.000 metros cuadrados de la zona de exposición del Museo Mullin se pueden visitar, además de algunos de los coches más bellos jamás construidos, como los Bugatti, Delahaye, Talbot, Hispano Suiza o Voisin entre otros. También es posible admirar esculturas y artefactos curiosos de los maestros carroceros de principios del siglo XX, como coches de caballos creados por Bugatti. Los clásicos del Museo Mullin eran habituales en los concursos de elegancia más prestigiosos del mundo y ganadores del “Best in Class” en numerosas ocasiones. Además de la galería de exposición el Museo cuenta con un jardín en la azotea, un teatro, y un gran archivo.
Un legado que continúa
El pasado mes de septiembre fallecía Peter Mullin y su esposa, hasta ahora directora del museo, ha anunciado que después de 13 años la exhibición cerrará para siempre el próximo 10 de febrero. "Compartir estas 'esculturas rodantes' y hermosas obras de arte con otras personas era la verdadera pasión de Peter, y el museo ayudó a hacer realidad esa pasión. Estamos profundamente en deuda con nuestro personal, docentes, voluntarios, visitantes y simpatizantes que dedicaron su tiempo y pasión durante los últimos 13 años al museo. Espero que los visitantes anteriores y nuevos tengan la oportunidad de despedirse antes de que cerremos”, declaró Merle Mullin.
Para que este importante fondo no se pierda, cuatro de los vehículos más emblemáticos de la colección han sido donados al Petersen Automotive Museum de Los Ángeles, también en California. El Talbot-Lago T150 CS “Teardrop” de 1937, el Hispano Suiza Dubonnet de 1938, el Delahaye 165 de 1939 y el Delahaye 145 de 1938 ahora pasarán a formar parte del Petersen Automotive Museum a partir del próximo 10 de febrero. Peter Mullin ayudó a transformar el Petersen en la institución automovilística mundialmente respetada que es hoy en día y cuatro de sus más queridos coches estará allí.
Más de 30 años dedicado al periodismo del motor y el estilo de vida que siempre ha acompañado al automóvil, primero como director de tres publicaciones y ahora como colaborador. Por mucho que se empeñen en hacernos creer que los coches son simples instrumentos de movilidad, para mí son verdaderas obras de arte que provocan emociones y el primer artefacto moderno que proporcionó a la mayoría de la humanidad una forma real de libertad y de conocimiento de otros mundos, mucho antes de que existiera Internet.
