Para un idioma latino como el nuestro puede que sea más intuitivo, pero seguro que fuera no muchos saben que Testarossa significa exactamente "cabeza roja". Un término que Ferrari estrenó con los míticos Ferrari 500 y 250 Testa Rossa para competición, y que se recuperó para el famoso deportivo de la marca italiana representó la Ferrari de mediados de los 80 y 90.
De hecho para los que crecimos con este superdeportivo en posters y estanterías era y sigue siendo inevitable no imaginárselo con ese color rojo en su carrocería, con especiales menciones para el amarillo y si fuiste fan de la serie Miami Vice en blanco. Lo que está claro es que asociar o imaginar siquiera un Ferrari Testarossa con el color verde es realmente complicado, no digamos ya ver un ejemplar con este color.
Sin embargo esta combinación existe, y un usuario de Reditt la ha sacado a la luz. Y no hablamos de un modelo pintado a posteriori, sino del único Ferrari Testarossa de color verde que salió de fábrica.
El único Ferrari "Testaverde" del mundo
Aunque en realidad aquí no estamos ante un Testarossa original, sino ante un 512 TR, básicamente la revisión del deportivo italiano con motor de 12 cilindros y 4.9 litros que en esta versión ofrecía 428 CV de potencia gracias a mejoras como válvulas de admisión más grandes, un escape revisado y un sistema de gestión del motor de Bosch. Por lo tanto técnicamente para todos sigue siendo un Testarossa, de hecho eso mismo es lo que significa el "TR" del final de su nombre.
Un Testarossa optimizado
Esta serie lanzada entre 1991 y 1994 también contaba con un rediseño de su carrocería de nuevo con la firma de Pininfarina, un nuevo embrague, rotores perforados más grandes, una nueva configuración de los amortiguadores y una dirección más rápida, incluso se recolocó el motor y la caja de cambios obteniendo un centro de gravedad más bajo, lo que dio como resultado un manejo optimizado. Además también se renovó el interior en la línea de otros modelos más modernos de la casa de Maranello.
Por lo poco que se sabe de este raro ejemplar estuvo durante algún tiempo en Japón donde estuvo a la venta de la mano de un distribuidor especializado de Tokio. Ojalá los descubridores de esta foto acaben localizando la ubicación actual de este rarísimo ejemplar.
Especializado en el mundo del motor, la competición y la tecnología, Antonio Ramos Ochoa es redactor de Car and Driver. Se comenta que antes de bajarse del carro ya iba diciendo el nombre de los coches que iba viendo por la calle. Unos cuantos años después sigue hablando de una de sus pasiones aquí. Aficionado al Motorsport, el cine, videojuegos y la historia, incluso se desfoga de vez en cuando al volante de un kart o un simulador.
