Coincidiendo con su 105 aniversario, la marca del biscione recuperó uno de los nombres más trascedentes de su historia para volver al segmento D con el objetivo de plantar cara a las todopoderosas berlinas alemanas. Solo unos meses después, ya en 2016, el Alfa Romeo Giulia llegó a las calles para relanzar la marca italiana a nivel mundial y convertirse en el sucesor del Alfa 159, que desapareció sin relevó en 2011 dejando a la firma sin representación en la categoría.
Enseguida, el Giulia conquistó por su diseño y su comportamiento dinámico, tanto que la compañía de Milán decidió utilizar su plataforma –denominada Giorgio– para ampliar horizontes y desarrollar un SUV de corte deportivo y enfoque premium: el Stelvio.
Desde entonces, ambos modelos han puesto contra las cuerdas a sus rivales más directos de Jaguar, Lexus, Infiniti o Volvo, pero el tiempo pasa para todos y, para seguir por el buen camino, es necesario llevar a cabo algunos cambios que permitan renovar el diseño, la tecnología y otros aspectos, como el comportamiento dinámico y el confort a bordo.
Los cambios justos
La berlina y el SUV italiano, sin embargo, no han requerido demasiados cambios para seguir al pie del cañón, de hecho, solo cambian por dentro. Y es que su diseño sigue girando cuellos en las carreteras y las ciudades de todo el mundo, por lo que Alfa ha decidido mantenerlo intacto, ampliando únicamente la paleta de colores exteriores –se añade el Verde Visconti, el Ocre Junior GT y el Rojjo Villa d’Este 6C– y el catálogo de accesorios de Mopar, así como la gama de acabados, que ahora es más completa y permite una mayor personalización.
Aprovechando el restyling, también hay mayor unificación entre las terminaciones de ambas modelos, que pasan a estructurarse de la misma manera: con el nivel Super como versión de acceso, el Ti –de Turismo Internazionale– como alternativa mejor equipada y los Sprint y Veloce como opciones más deportivas. A lo largo de 2020, también se renovará la variante deportiva Quadrifoglio.
Mejor rematados
Por dentro, los Alfa Giulia y Stelvio 2020 mantienen la disposición de los mandos y la característica postura al volante, que permite adoptar una posición más deportiva de lo habitual, con las piernas bastante estiradas y la banqueta situada muy abajo. A nivel de diseño sí hay cambios, aunque no demasiados; las modificaciones afectan, sobre todo, a la consola central, que ahora cuenta con más compartimentos portaobjetos y está mejor rematada, pero también hay que hablar de un nuevo mando giratorio que controla el sistema de infoentretenimiento y de una palanca de cambios que estrena revestimiento de piel. Otro de los aspectos que ha mejorado es la insonorización del habitáculo, sobre todo en el Giulia.
En el plano tecnológico, es nuevo el cargador inalámbrico de la consola central, así como la pantalla TFT de 7 pulgadas del panel de instrumentos. Por su parte, el panel central de 8,8” ya es táctil y estrena diseño gráfico para facilitar su manejo y mostrar una interfaz más moderna y atractiva. Este rediseño permite aprovechar mejor algunas funciones, como la navegación o los nuevos servicios en línea Alfa Connected Services.
Sin dejar de hablar de la tecnología, conviene hacer hincapié en los nuevos sistemas de asistencia a la conducción que llevan a los Giulia y Stelvio al nivel 2 de conducción autónoma. Es el caso de la ayuda de mantenimiento en el carril, el detector de fatiga, el ángulo muerto activo, el control de crucero activo con ayuda en atascos y asistencia en autopista. Todos ellos incrementan la seguridad y aumentan el confort a la hora de conducir, tanto en ciudad, como en carretera.
Más autónomos
Más allá de un pequeño reajuste de la dirección, no hay ninguna novedad en la parte técnica, ni a nivel de chasis, ni en lo que respecta a la gama mecánica. Lo cierto es que tampoco era necesario cambiar nada porque, desde que llegaron al mercado, el Giulia y el Stelvio han sido la referencia de sus segmentos en el apartado dinámico.
Tampoco se echaba de menos más rendimiento o una mayor eficiencia en cualquiera de las mecánicas disponibles, por la que la oferta es idéntica a la de los modelos anteriores: dos gasolina de 200 y 280 caballos y, en diésel, opciones de 160, 190 y 210 caballos. En función del motor, la tracción puede ser trasera –Q2– o total –Q4– y el cambio manual o automático, en este último caso siempre con ocho velocidades y desarrollado por ZF.
A favor: Diseño. Comportamiento dinámico. Posibilidades de personalización.
En contra: Siguen sin poder equipar faros led o Head-Up Display. Precio.