El nuevo Audi S8 no es sólo un coche de representación, que también, sino un auténtico gran turismo. Para ello se sirve de un poderoso corazón V8 biturbo con tecnología microhíbrida que le otorga la etiqueta ECO de la DGT y 571 caballos. Pero hay más: tracción integral, dirección a las cuatro ruedas, diferencial deportivo, frenos carbocerámicos, tracción quattro… Todo para lograr mejores prestaciones ¡que el R8 V10 de primera generación!

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Audi S8 - delanterapinterest
Audi//Car and Driver

La primera parte de la toma de contacto con el Audi S8 la hacemos sentados en las plazas traseras. El conductor se encarga de mostrarnos brevemente de qué es capaz este coche, aunque el tráfico no permite demasiadas alegrías ya que, a los mandos, está Jamie Green, piloto del DTM con 19 victorias a sus espaldas. Las sensaciones son las esperadas: un automóvil confortable con una aceleración estratosférica, exquisito en la terminación y con mucho espacio. Lógicamente es un S8 y hay mucho más, pero es algo que te queremos contar en primera persona.

Audi S8 2019 - plazas traseraspinterest
Audi - Daniel Wollstein//Car and Driver

Categoría máxima

Ya en el cockpit, en ningún momento tenemos la percepción de tener entre nuestras manos un automóvil de 571 caballos. La terminación es exquisita y el ambiente, a pesar de tener toques racing como los apliques en fibra de carbono, es realmente premium, de lo mejor del segmento. Al arrancar, las salidas de escape ‘escupen’ una serie de gruñidos que nos preparan para lo que va a venir a continuación. Con el primer zapatazo al gas descubrimos que la capacidad de aceleración es de auténtico supercar, normal si tenemos en cuenta que necesita sólo 3,8 segundos para hacer el 0 a 100 con el modo Dynamic activo. Pero eso no es todo: el par de 800 newton/metro está disponible entre 2.000 y 4.500 vueltas, de ahí que el S8 siempre tiene ganas de dar guerra. La caja de cambios tiptronic de convertidor de par maneja las ocho marchas y el elevado par a la perfección, así que del modo secuencial de la misma nos olvidamos, al menos, de momento.

Audi S8 2019 - motorpinterest
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El S8 tiene una conducción tremendamente placentera. Incluso es diferente a todo lo que hemos pilotado anteriormente porque los movimientos de la carrocería están neutralizados por la suspensión: cada vez que aceleras a fondo desaparece el característico ‘caballito’ del eje delantero; lo mismo sucede con las frenadas fuertes: el morro de este Audi no ‘pica’ el asfalto. En las curvas, el coche mantiene una horizontalidad a la que tampoco estamos acostumbrados, de ahí que nuestro cuerpo tienda inconscientemente a hacer la inclinación típica que se produce por la propia física. Por eso mismo, a veces no logramos tener el feeling esperado.

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¿Cómo lo hace?

Otra función de esta suspensión es la que permite adaptar los amortiguadores instantes antes de pasar por resaltos, algo que hace gracias a una cámara frontal ubicada a la altura del espejo retrovisor interior y que lee literalmente la carretera. No llega al nivel de ‘alfombra voladora’ de la Magic Body Control de Mercedes, pero permite pasar por los badenes a una mayor velocidad y sin que el pasaje se incomode. También se eleva cinco centímetros cada vez que vamos a entrar en el coche para que sea más fácil acceder al habitáculo. Cuando sube ¡parece que estamos ante un S8 Allroad!

Audi S8 2019 - trasera en carreterapinterest
Audi - Daniel Wollstein//Car and Driver

Esta amortiguación neumática, junto con la dirección dinámica a las cuatro ruedas, la tracción integral y el diferencial deportivo, es incapaz de camuflar cierto subviraje. Algo que hemos comprobado por las ratoneras carreteras de Montserrat, en Barcelona.

Súper dotado

¿Y qué sería de todo esto sin un buen equipo de frenos? Las unidades disponibles en la presentación del modelo montaban los carbocerámicos opcionales (unos 10.000 euros), con un diámetro de 420 milímetros delante y 370 milímetros detrás. La frenada es igual de vertiginosa que la aceleración y muy necesaria para detener las más de dos toneladas de peso que arroja el S8 en la báscula. Por tacto no difieren en exceso a unos frenos tradicionales de hierro fundido. De fading, ni rastro.

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Audi//Car and Driver

Por último, queremos hablarte del consumo de carburante. Es cierto que quien conduzca un S8 tiene cierta despreocupación al respecto, pero sorprende que, en una conducción tranquila, este Audi gaste aproximadamente los 11,3 litros a los 100 que homologa en ciclo WLTP, en parte por la ayuda del sistema mild hybrid de 48 voltios con batería de ion litio de 0,47 kWh, capaz de apagar en marcha el motor cuando levantamos el pie del acelerador, incluso a velocidades de autopista (por ejemplo, el Star&Stop entra en funcionamiento por debajo de 22 kilómetros/hora). También por la desconexión de cilindros cuando se llanea, pues una bancada se queda literalmente en stand by. Pero en una más deportiva esa cifra se duplica… como mínimo.

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Audi//Car and Driver

Echa cuentas…

Para conocer el precio y el equipamiento de serie del S8 en el mercado español hay que esperar unas semanas, pues en Audi siguen trabajando para ajustarlo. Nos puede servir de referencia el PVP en el mercado alemán, que ronda los 140.000 euros, pero ya adelantamos que en nuestro país será ligeramente superior, primero por fiscalidad y, segundo, por mayor carga de equipamiento. Se aceptan pedidos a partir de diciembre.

A favor: Comportamiento. Calidad. Facilidad de manejo.
En contra: Posible precio de venta. Lista de opcionales cara y extensa.