Tras la finalización del Gran Premio de Japón se pudo ver al Lewis Hamilton más relajado de toda la temporada. Totalmente desenfadado, el británico, conocedor de que en esta carrera ha terminado de decantarse el título de campeón del mundo a su favor, se mostró especialmente bromista.

Hamilton especialmente alucinó con Takuma Sato, el piloto japonés, ex de la Fórmula 1, que fue el encargado de realizar las entrevistas del podio y que no dudó en lucir el que probablemente sea el trofeo más preciado de cuantos ha logrado Takuma, el anillo conmemorativo que le acredita como ganador de las 500 millas de Indianápolis, algo que el japonés consiguió este 2017.

Tras unas primeras bromas sobre el tamaño del anillo, Lewis volvió a la carga poco después para acabar pidiéndole a Sato que le prestara dicho anillo, un trofeo muy usado especialmente en Estados Unidos para conmemorar a los ganadores, mientras que en Europa se estila más por un sistema de medallas o de placas.

Hamilton puso en su dedo el anillo que le corresponde al ganador de las 500 millas de Indianápolis, mirándolo como un niño con zapatos nuevos. Sin duda, el trofeo llamó la atención del campeón del mundo de Fórmula 1, de forma que quién sabe si hoy se ha empezado a forjar una futura participación de Hamilton en la mítica carrera oval.