Tras un fin de semana de descanso, vuelve la Fórmula 1 en Budapest, para la cita número 11 de la temporada, una que tendrá lugar justo una semana antes del Gran Premio de Alemania, que dará paso al parón de verano, uno que los equipos ya necesitan, dada la frenética actividad de los últimos meses.

El GP de Hungría se celebra desde el año 1986 en el circuito de Hungaroring, un lugar a las afueras de la capital. Para este año, se ha modificado ligeramente el circuito, aunque el reasfaltado se realizó en el mes de abril. Hungría es uno de los lugares favoritos para Sebastian Vettel, pues aquí logró su segunda victoria con la Scuderia.

"Tengo un recuerdo dulce de Budapest del año 2015, cuando pudimos ganar la carrera tras una fantástica salida. Creo que es un lugar estupendo para estar con muchos aficionados, muchos de ellos de habla alemana, que viajan desde Austria y Alemania y todos los húngares que normalmente son muy entusiastas y les encanta que la F1 esté en su ciudad. La pista es bastante corta y con frecuencia la llaman el 'Mónaco de los circuitos de carreras', sólo le falta los muros, pero tienes muchas curvas, una gran recta y después de eso, muchas curvas y no demasiado tiempo para descansar mientras tanto. Eso lo hace bastante duro y físicamente es un gran reto para los pilotos, porque hace bastante calor y la pista está bacheada, pero creo que en general es un lugar al que nos encanta ir", ha explicado el tetracampeón.