Bernie Ecclestone ha comenzado una cruzada contra la nueva Fórmula 1. El director ejecutivo ya ha dado muestras de su descontento con la competición actual pero, tras el primer Gran Premio del fin de semana pasado, ahora está totalmente en contra: no le gusta ni el sonido, ni los motores, ni la imagen que se proyecta de la Fórmula 1. Así, en declaraciones al diario The Mirror ha asegurado que la competición está perdiendo su atractivo:

"La Fórmula 1 es glamour y a la gente le encanta el glamour hasta el momento en que se ponen en marcha los motores. Luego comienza el ruido. Estamos en el negocio del entretenimiento".

Además Ecclestone asegura que a los espectadores no les interesan los coches ni los motores, que solo están interesados en ver una carrera, por lo que no era necesario este salto a una nueva era:

"Muchos de los ciudadanos no tienen la más mínima idea acerca de los motores. Si hubieras entrado a una tribuna el año pasado y hubieras preguntado cuántos cilindros tenían los coches, ¿cuántas personas lo habrían sabido? No lo saben y no les importa. Ellos quieren ver una carrera, no un logro técnico. Al público le gusta el motor que tuvimos el año pasado. No había ninguna necesidad de cambiar", comentó.

El principal origen de las quejas del británico ha sido el sonido de los nuevos motores V6 Turbo, del que ha estado en contra desde que comenzaron a rodar los monoplazas en los entrenamientos.

"Ellos (los equipos) tienen la obligación de darnos la Fórmula 1 con volumen", afirmó en el diario alemán Bild. "Los organizadores de las otras carreras también tienen miedo ahora. Dudan de que vayan a vender suficientes entradas", comentó respecto a la polémica con el incumplimiento del contrato y el sonido en el Gran Premio de Australia. Y finalizó insistiendo en que lo que se llevó a Albert Park no era verdadera Fórmula 1.