Así como se congeló hace años el desarrollo sustancial de los actuales motores V8 con el fin de controlar los costes, una 'congelación' similar y de manera gradual se podría producir entre 2014 -cuando lleguen los V6 Turbo- y 2018, según informa el medio alemán Auto Motor und Sport.

El próximo año, Mercedes, Ferrari y Renault equiparán a los once equipos de Fórmula 1 con el nuevo propulsor de 1,6 litros, y Honda entrará en 2015 para trabajar mano a mano con McLaren. Para el periodista de la publicación germana, Michael Schmidt, el fabricante japonés llegaría en un buen momento al Gran Circo debido a los posibles planes de congelar los propulsores entre 2014 y 2018. "Honda está llegando justo a tiempo porque el desarrollo de los nuevos motores se congelará gradualmente hasta 2018”, señala. A lo que añade: "Si ellos (los fabricantes) esperan demasiado tiempo, su respuesta a los problemas podría ser insuficiente".

La posible propuesta por parte de la Federación Internacional de Automovilismo (FIA) de congelar el desarrollo de los nuevos motores hasta 2018 añadiría presión a otros fabricantes que estuvieran considerando entrar en la F1, como BMW, Toyota o Volkswagen, ésta última a través de sus marcas Audi o Porsche."Se necesitan decisiones rápidas", señala Schmidt. "Si esperan demasiado tiempo, las reglas los castigarán".

La congelación gradual también explica por qué los proveedores se atan a los equipos clientes con contratos a largo plazo, para evitar que las escuderías cambien de suministrador, mientras que los diseñadores modifican y mejoran gradualmente sus nuevos propulsores V6 Turbo.

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