Quizá fueran demasiado fuertes sus declaraciones, quizá la conciencia le ha remordido durante la noche, o quizá simplemente se ha dado cuenta de que debe moderarse y decir lo mismo con otras palabras. El caso es que el jefe de la Fórmula 1, Bernie Ecclestone, rectifica hoy sus declaraciones cargadas de aparente indiferencia contra Australia, e incluso compara la carrera de Melbourne con la de Monte Carlo: "Australia es tan importante para nosotros como Mónaco. Odiamos pensar que podemos perder esta carrera", comenta a Herald Sun.

Pero que Bernie odie perder Australia no significa que se vaya a devanar los sesos intentando salvarla: si no hay carrera, pues no la hay. Que es como querer echar las culpas al cónyuge en pleno divorcio: "Hemos estado juntos durante mucho tiempo, y somos como uno de esos matrimonios longevos; sería terrible terminar en divorcio. Pero si el otro quiere, no vamos a empezar a pelear", dice Ecclestone.

Un matrimonio que, oficialmente, comenzó en 1985 en las calles de Adelaida, y que en 1996 se mudó a Albert Park, al trazado de Melbourne, diseñado especialmente en un parque público. Ecclestone asegura lamentarse ahora por no pedirles entonces un circuito permanente, pues habría sido "más barato." Pero está dispuesto a reconsiderarlo si acuerdan un nuevo contrato en 2015: "Por supuesto que lo consideraríamos", dice.

En cualquier caso, Melbourne será la primera carrera de esta temporada, y Jean Todt, presidente de la FIA, reconoce no querer perderla a largo plazo. Pero Ecclestone no está dispuesto a reconciliarse si la otra parte no quiere: "Si el producto es demasiado caro para Melbourne, lo comprendemos. Y cuando el contrato termine, no habrá necesidad de renovarlo." Dicho contrato tiene validez hasta 2015. "No vamos a forzar a nadie a hacer algo que no quiere", concluye Ecclestone.