Hoy, casi cuarenta años más tarde, Frank Williams recuerda aquel momento por un motivo muy especial: en Mónaco cumplirá seiscientos grandes premios en la especialidad máxima del automovilismo.

Lejos de exhibiciones gratuitas de entusiasmo desmesurado, Frank hace gala de su flema británica y expresa: "Como mucha gente puede esperar, alcanzar seiscientos grandes premios no significa mucho para mí". Y es que es difícil emocionar a un hombre que lo ha vivido casi todo a lo largo de tantos y tantos años en un deporte tan exigente. Momentos buenos y momentos malos, pero recuerdos al fin y al cabo: "Debo admitir que ha habido momentos brillantes a lo largo de estos cuarenta años en los que he competido, y también ha habido algunos momentos de gran tristeza. La mayor parte del tiempo ha sido una experiencia placentera".

Aquellos años de juventud e ilusión han dado paso a una experiencia y a una seguridad en el trabajo tomada con mesura, pero que no cambiaría por nada: "Si fuera cuarenta años más joven, elegiría el mismo camino en el que me encuentro ahora mismo". En su primera carrera en Fórmula 1, como piloto, condujo un Brabham BT26 de su amigo Piers Courage que se rompió antes de cruzar la línea de meta. No pasó mucho tiempo hasta que logró ver por primera vez la bandera de cuadros: quince días más tarde lo hizo precisamente en el mismo escenario en el que se disputa la sexta prueba del Mundial 2008 este fin de semana: las estrechas calles de Mónaco.

El palmarés de Frank como constructor es aplastante: nueve campeonatos mundiales de constructores, siete de pilotos y ciento trece carreras ganadas. Gran parte de esos éxitos los debe compartir con Patrick Head, su mano derecha, que no duda en felicitar a su socio efusivamente y desvelar truco: "Sé que ama realmente la Fórmula 1, y el automovilismo en general, y creo que ese es el secreto de su longevidad".

Es hora de echar la vista atrás y recordar cómo comenzó una unión que propició uno de los equipos más exitosos de la historia de este deporte. Patrick lo hace con la añoranza y la emoción estampada en sus ojos: "Frank me fichó en noviembre de 1975; no he visto muchos cambios en él desde entonces, aparte del obvio cambio físico por su accidente en 1986". Ese dramático incidente le postró para el resto de su vida en una silla de ruedas, pero no mató su espíritu deportivo y competitivo, aunque lo enfocó de otra manera: "Cuando trabajé con él por primera vez, diría que estaba lleno de entusiasmo y emoción. Desde su accidente, se ha convertido en un pensador más profundo y mucho más estratégico, y creo que ha beneficiado al equipo. Conociendo a Frank, creo que será el último en celebrar su septuagésima participación en Mónaco; ¡estará demasiado ocupado pensando en el futuro!".

En la actualidad, Williams cuenta con Nico Rosberg y Kazuki Nakajima como encargados de llevar a los monoplazas del equipo hasta lo más alto posible. Ahora no se viven tiempos de victorias, pero en el horizonte ese es el objetivo. Nico es consciente de la importancia de correr para un nombre tan respetado en el paddock: "Las seiscientas carreras de Frank es un récord impresionante, y ser el participante más veterano es asombroso. Yo obviamente no estaba aquí cuando él comenzó en el deporte, pero creo que ahora sigue teniendo el mismo entusiasmo por las carreras que cuando empezó. Es grande ser parte de su equipo y estar en una escudería con una historia tan importante. Espero que tenga muchas más grandes carreras en el futuro".

Al parecido siente el japonés Nakajima, aunque también reconoce sus limitaciones: "Seiscientas carreras es un logro realmente impresionante. Me siento muy orgulloso de ser parte del equipo de Frank, y estoy aquí para celebrarlo con él. Mis posibilidades de batir su reto son escasas, pero espero estar con Williams tanto como pueda".

Otros históricos pilotos de Williams también han querido sumarse a las celebraciones y felicitaciones en torno a la figura de Frank. Alan Jones, campeón mundial en 1980 y ganador de once carreras, asegura: "Siempre supe que Frank podía alcanzar este hito. Su resistencia al deporte y su energía y entusiasmo por él nunca me han dejado de sorprenderme. Veo a Williams como una familia. Crecí con el equipo y me gusta pensar que todos crecimos juntos. Frank y Patrick son increíblemente profesionales. Podrían caminar sobre cristales rotor y ascuas para competir, y espero que luchen para establecer más récords".

Por su parte, Keke Rosberg, campeón del mundo en 1982 y cuyo hijo pilota ahora para Williams, hace balance de lo vivido: "¡Seiscientos grandes premios es un número en que no se piensa! Yo me detuve en 114. Pero Frank completó cerca de cuarenta años en este deporte, algo increíble. Su caso es único porque él realmente es el único jefe de equipo en el pitlane que hace coches de competición por su esencia pura: correr. Tiene un gran equipo a su alrededor, y espero que Williams vuelva a ganar porque es lo único que le importa a Frank".

Nelson Piquet (el bueno), campeón del mundo con Frank en 1987 con siete victorias en su palmarés, también se une a las felicitaciones, y además asegura que el sueño con el equipo podría haber durado más: "A veces me pregunto que, si Frank no hubiera tenido su accidente, quizá yo podría haber estado más tiempo en el equipo y ganar algún campeonato más juntos".

Nigel Mansell, el león británico y campeón del mundo para Williams en 1992, también era imprescindible en este homenaje particular: "Gran récord, con muchos éxitos a lo largo del camino. Me siento muy orgulloso y privilegiado de haber sido parte de la historia de Williams".

Alan Prost, el profesor, ganó el campeonato mundial de 1993 con un Williams. Ahora, mucho tiempo después, enumera las grandes virtudes del que fuera su patrón: "Tengo mucha admiración y respeto por Frank, tanto por su increíble carrera como por su gran personalidad. Rara vez he visto a alguien tan apaisado y dedicado al deporte. Frank es un gran ejemplo para toda la comunidad de la Fórmula 1".

Damon Hill, campeón de su único título mundial (1996) con Williams, tiene su propia visión del equipo: "Veo a Frank como una especie de monarca. Williams es su ejército. Patick Head es su general y lucha contra el fuego de Ferrari por Inglaterra. ¡Supongo que me haría uno de sus caballeros! De cualquier manera, Frank es un gran luchador, el epítome del estoicismo; un gran hombre. Fue un honor pilotar para su equipo. Seiscientas carreras y todavía luchando por la victoria. Mis mejores deseos para Frank y el equipo".

Otro que consiguió su único mundial en Fórmula 1 con Williams fue Jacques Villeneuve, en la polémica carrera de Jerez de 1997. Ahora, se muestra agradecido: "El trabajo duro y la pasión valen la pena. Gracias por el campeonato y por mis mejores años en Fórmula 1".

Otros pilotos que también compitieron con Frank, aunque no lograron el mismo éxito, tampoco se han quedado en el tintero de las felicitaciones. Como el también veteranos escocés David Coulthard: "Frank es un hombre notable. Es muy inteligente, pero también modesto. Le debo mi carrera en la Fórmula 1".

Jenson Buttón fue piloto de Williams en 2000. Un breve período que, sin embargo, le ha marcado: "Frank me dio mi gran oportunidad en 1999. Por eso, siempre estaré agradecido con él. La temporada de 2000 fue una gran experiencia para mí, y tanto él como Patrick fueron muy pacientes. Tuvimos algunas grandes carreras juntos".

Por último, Nick Heidfeld y Mark Webber, (ambos, pilotos en 2005 con Williams) han expresado sus felicitaciones. El primero declaró: "Cuando pienso en Frank, muchas cosas vienen a mi mente. La primera, recuerdo cuando yo competía en categorías inferiores y su equipo dominaba la Fórmula 1. Ganaron muchos campeonatos mundiales y Frank era un líder carismático. Entonces, en 2005, corrí para él. Estoy muy agradecido por la oportunidad que me dio. Creo que la pelea entre Pizzonia y yo por el asiento era normal en el equipo. Frank fue honesto conmigo, y finalmente me dio el volante. Seiscientas carreras es un número impresionante. Enhorabuena. Te deseo lo mejor".

Por su parte, el australiano Mark Webber, piloto para Williams en 2005 y 2006, asegura: "Hay mucha gente en este paddock que quiere aprender mucho de Frank. Es un competidor, con mucha tenacidad y determinación. Le tengo un gran respeto por lo que ha logrado".