La Pascua ha llegado, así que suele ser la época habitual de los famosos huevos que tanto gustan en repostería. Pero hay otros huevos de Pascua mucho más exclusivos que no son tanto para comer como para admirar, de hecho son tan raros y preciados que es muy posible que nunca llegues a ver uno en persona, como por ejemplo este huevo de Fabergé de Rolls-Royce.

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Y es que hace unos dos años, en 2018, la marca de lujo británica y la famosa casa de joyería rusa se unieron para crear una nueva y verdadera pieza de arte contemporánea para un coleccionista de Rolls y Fabergé.

Rolls-Royce Spirit of Ecstasy Fabergé Eggpinterest
Rolls-Royce

Éxtasis hecho joya

El resultado es el Huevo de Faberé Spirit of Ecstasy, una joya con un valor difícil de calcular con forma de huevo que esconde tras sus piezas de oro diamante y otras piedras preciosas un Espíritu del Éxtasis similar al que preside el frontal de los modelos de Rolls-Royce. Una pieza de lujo que se encuentra dentro de la llamada 'Clase Imperial', una categoría reservada para las creaciones más ilustres de Fabergé, y que ahora se puede ver con más detalle con las nuevas imágenes que la marca británica ha publicado.

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En total el huevo pesa 400 g y mide 160 mm de alto y se levanta sobre una base de guilloché de esmalte púrpura, esculpida y grabada a mano, y que cuenta con oro blanco de 18 quilates. Los brazos que esconden la figura del Espíritu del Éxtasis son de oro rosa y están adornadas con casi 10 quilates de diamantes blancos redondos, y cuentan en la parte superior con franjas de amatista natural con un peso de más de 390 quilates.

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Un codiciado objeto con mucha historia

Los huevos de Fabergé son una histórica y preciada pieza de lujo originada en la Rusia imperial durante el siglo XIX, y en algunos casos han llegado a alcanzar un precio de 33 millones de dólares en una subasta como le ocurrió a uno de las huevos imperiales en 2014. Muchas de esas piezas originales encargadas por el mismo zar de Rusia a la célebre casa de joyería de Fabergé en San Petersburgo se perdieron tras la Revolución de 1917, haciendo que los pocos supervivientes que se conocen estén entre los objetos más codiciados y valiosos que se hayan creado jamás.