Rafa Nadal volvió a la senda de la victoria este fin de semana en Stuttgart, un torneo patrocinado por Mercedes con el que se deshizo en elogios. En cambio, con su premio no hizo lo mismo y eso que era un flamante Mercedes-AMG GT S, el último superdeportivo de la casa alemana valorado en más de 160.000 euros.

"No es un Kia, pero está bien" aseguró Rafa tras ponerse al volante y darle un par de acelerones al nuevo motor V8 bi-turbo de 4.0 litros y 510 caballos. Sí, después el mallorquín no pudo contener la risa, sobre todo después de comprobar la cara de incredulidad que se le había quedado a su interlocutor. Hasta ese momento el speaker no había dejado de repetir las bondades del deportivo que les contemplaba y antes incluso de su intervención, el jugador derrotado Viktor Troicki había ido un paso más allá asegurando "tener el corazón roto" por perder el torneo y sobre todo por no poder llevarse a casa un "coche tan increíble".

En ese marco de alabanzas al deportivo de Mercedes, las palabras del campeón mallorquín levantaron una gran expectación en la pista central de la 'Mercedes Cup' pero el presentador no supo reaccionar y la siguiente pregunta que le realizó a Nadal le dio pie para referirse al color del coche, decorado en amarillo como una pelota de tenis. "¿Lo conducirás en Mallorca?", le preguntó. "Uf, quizá alguna vez sin cámaras y en otro color pues es demasiado llamativo para mi".

Así es Rafa, puede que la perla de Affalterbach no quedara en demasiado buen lugar, pero volvió a dar una lección de humildad y sentido del humor, aunque seguro que hubo quien no logró entenderlo del todo.

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Jose Carlos Luque

Experto y apasionado del motor y la comunicación en todas sus formas, recalé en Car and Driver a finales de 2007 y desde 2016 dirijo este site. Periodista de vocación y formación, conservo buenos contactos en el sector y trato de que la información que leas aquí sea la más inmediata, completa y veraz. Pero también realizo pruebas, comparativas, noticias, entrevistas... y en mis ratos 'libres' crío a tres niños pequeños que –con diferencia– es el trabajo más duro de todos los que he hecho jamás.