El Twizy Renault Sport F1 ha despertado un gran interés este fin de semana entre los asistentes al Salón del Automóvil de Barcelona y también entre quienes decidieron acercarse al circuito de Montmeló para ver como Alonso se hacía con su segunda victoria esta temporada. El único vehículo eléctrico del mercado que equipa un sistema KERS similar al que emplean los pilotos de Fórmula 1, no quiso perderse ninguno de los dos eventos que tuvieron lugar este fin de semana en la ciudad condal.
La pregunta era, ¿quién será el primer piloto de Fórmula 1 en conducirlo? Bien, pues todos los focos apuntaban a Romain Grosjean, piloto francés cuya carrera deportiva ha estado siempre vinculada a Renault e invitado estrella del citado Salón de Barcelona. Sin embargo, Grosjean estuvo allí, se hizo una foto al volante de este peculiar eléctrico y terminó el acto sin moverlo del estand.
En cambio, Sebastien Vettel se mostró tan rápido como de costumbre y en su visita al centro de pruebas de Renault cercano a París, no dudo en subirse al Twizy RS F1. El tricampeón mundial pudo poner a prueba los 90 caballos que entrega el motor eléctrico de este biplaza durante 13 segundos gracias a la función KERS. La cifra puede no parecer demasiado significativa pero es que hablamos de un coche que pesa 564 kilos con este sistema incluido.
A pesar de este incremento en la potencia del Twizy y de su indiscutible capacidad de aceleración, seguramente no resultara tan emocionante para un Vettel acostumbrado a 'volar' con los monoplazas de Red Bull Racing. Sólo hay que ver la cara de circunstancias que muestra el alemán en algunas imágenes.
Experto y apasionado del motor y la comunicación en todas sus formas, recalé en Car and Driver a finales de 2007 y desde 2016 dirijo este site. Periodista de vocación y formación, conservo buenos contactos en el sector y trato de que la información que leas aquí sea la más inmediata, completa y veraz. Pero también realizo pruebas, comparativas, noticias, entrevistas... y en mis ratos 'libres' crío a tres niños pequeños que –con diferencia– es el trabajo más duro de todos los que he hecho jamás.
