Plan Aire 2013-2016 son una serie de medidas del ministerio para mejorar la calidad del aire de las poblaciones a medio plazo. En él, se incluye un apartado que gravará a los automóviles a través del impuesto de circulación, que ya no estará ligado a su potencia fiscal, sino a sus emisiones de CO2, NOx y partículas sólidas a la atmósfera.

Será la Dirección General de Tributos la encargada de la recaudación, a través de la Federación Española de Municipios y Provincias. El cálculo se establecerá según las normativas europeas Euro, es decir, cuanto más modernos sean los vehículos, menos impuesto pagarán en relación con los más antiguos que verán subir cuantitatívamente su tasa municipal.

El impuesto modificado de Vehículos de Tracción Mecánica, permitirá a los ayuntamientos que así lo crean oportuno para salvaguardar el medioambiente, incrementar a su antojo en unos márgenes establecidos por la administración central la cuantía para disuadir a sus ciudadanos de utilizar un automóvil, sin tener en cuenta por otro lado la situación social de los usuarios.

Teniendo en cuenta que el impuesto de circulación aportó una recaudación el pasado año 2.807 millones de euros y que los particulares ven como sus vehículos envejecen con poca posibilidad financiera de renovarlos, es de sospechar que el Estado haya encontrado un nuevo filón recaudatorio todavía sin explotar, eso sí en nombre del medio ambiente, entre los ya económicamente exhaustos automovilistas.