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Mucho antes del GT que todos conocemos, el Bentley Continental fue uno de los automóviles más lujosos y exclusivos que podían adquirirse en la década de los sesenta. Construido entre 1952 y 1965, el primigenio Continental se convirtió en el gran objeto de deseo de los nobles y potentados del Reino Unido, ansiosos por recuperar su estatus y modo de vida tras la Segunda Guerra Mundial.
Todo eso hizo que el Continental pasara a la historia como uno de los automóviles más refinados y, a la vez, más caros de su tiempo. Apenas unos pocos fueron construidos y, por ello, hoy cada unidad es un pedazo de patrimonio que merece ser preservado.
Lunaz, el especialista británico en dotar a los clásicos con motorizaciones eléctricas, acaba de presentar una transformación realizada sobre uno de estos modelos. Concretamente, un Continental S2 de 1961. Y la verdad es que el trabajo difícilmente podía haberles quedado mejor.
Salvado por el rayo
Tras una larga y azarosa 'vida' que ha comprendido, entre otros lugares, lejanas estancias en Alemania o Japón, este Continental S2, uno de los cuatro producidos con sus mismas especificaciones, se ha convertido en el 'retrofit' más exclusivo de la compañía por mérito propio.
A cambio de regresar con todo su esplendor, este Bentley ha tenido que desprenderse de su 6.2 V8 y hacer hueco a un potente propulsor eléctrico con 400 CV y 720 Nm de par. Su cifra de 0 a 100 km/h, de unos 6,9 segundos, encaja bien con la filosofía de un cupé que, a pesar de buscar el lujo y la comodidad, también debía respetar la tradición deportiva de Bentley.
Como añadido especial, Lunaz ha instalado un sistema de suspensión con amortiguadores que se ajustan electrónicamente mediante unos mandos en el habitáculo. Con ello, se obtiene una calidad de rodadura más próxima a la de los estándares modernos.
Por su parte los frenos, de seis pistones delante y cuatro detrás, están preparados para hacer frente al mayor peso de la plataforma eléctrica, además de acoger la función regenerativa que permite recuperar parte de la energía consumida mediante las frenadas.
Dentro, la conversión se ha enfocado en potenciar la presencia de materiales sostenibles. Así ocurre, por ejemplo, con la piel de los asientos, realizada a partir de hojas secas de olivo. Otro tanto sucede con la moqueta y alfombrillas, ejecutadas en fibra de nylon reciclado procedente de botellas plásticas.
Especializado entusiasta en motor, competición, historia y técnica del automóvil. Eterno aprendiz, también, en el novedoso sector de la movilidad sostenible. Licenciado en Periodismo con varios años de experiencia en esto de hablar sobre las cuatro ruedas.
