El motor W16 de 8.0 litros ya pertenece a la historia de Bugatti dado que tiene casi 20 años de existencia y desde entonces su evolución ha sido constante para ir adaptándose a los nuevos tiempos y a las cada vez más exigente normativa anti contaminación.

Cuando Bugatti publicó los primeros detalles técnicos sobre el motor que montaría el Veyron 16.4 en 2005 supuso toda una revolución porque nunca antes un coche de producción había montado un motor tan potente. Sus 1.000 CV permitían una aceleración de 0 a 100 km/h en solo 2,5 segundos y una velocidad máxima de más de 400 km/h.

El motor W16, una obra de ingeniería

Años después, en 2016, el W16 fue montado en el Chiron. Con 8.0 litros tenía cuatro turbocompresores, al igual que Veyron, pero gracias a que estos eran más grandes, a un sistema de inyección de combustible dual con 32 válvulas y un mayor uso de carbono y titanio se consigue elevar la cifra de potencia. En concreto 1.600 CV y un par máximo de 1.600 Nm.

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Este complejo motor incluye más de 3.500 piezas individuales, cada una ensamblada a mano. También el sistema de escape supuso todo un reto dado que los gases, muy calientes, debían canalizarse correctamente. Se optó por el titanio, un material entonces muy poco utilizado.

La configuración de 16 cilindros ofrece un funcionamiento suave por lo que detectar cualquier anomalía resulta todo un reto. Para ello la marca desarrolló un sistema llamado Bugatti Ion Current Sensing (BIS) para monitorizar el funcionamiento interno.

Otro reto fue la refrigeración para lo que se optó por un dispositivo con dos ciclos de agua que mantiene el W16 dentro del rango de temperatura requerido, incluso en condiciones extremas de utilización. Son 40 litros de agua que fluyen a través de un ciclo con tres enfriadores en la parte delantera para mantener el motor a su temperatura de funcionamiento óptima.

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También hay enfriadores para el aceite del diferencial, de la transmisión y del propio motor, así como un intercambiador para el aire acondicionado. El W16 se incorporó al Veyron como un motor central montado longitudinalmente con transmisión de doble embrague de siete velocidades ubicada en el frontal del bloque.

Cifra de potencia récord

Los ingenieros continuaron optimizando el motor a lo largo de los años. Con turbocompresores ampliados y muchas otras modificaciones, el W16 entregó 1.200 CV en el Veyron 16.4 Super Sport de 2010 y estableció un récord de velocidad de 431.072 km/h como el súper deportivo de producción de carretera más rápido, ganándose así una mención en el legendario Libro Guinness de los Récords.

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Años más tarde, con el Chiron, los ingenieros se enfrentaron al desafío de desarrollar un modelo sucesor igualmente sofisticado, pero aún más lujoso y potente. El resultado fue una nueva evolución y una potencia de 1.500 CV gracias a un turbocompresor secuencial inédito. En el Centodieci se logran 100 CV adicionales, 1.600 CV, posible gracias a una turboalimentación de dos etapas (turbocompresor secuencial) donde dos sistemas entran en juego uno tras otro. Son un 69% más grandes que los del Veyron.

Esta nueva puesta a punto dio sus frutos con el Chiron Super Sport 300+ que se conviritió en 2019 en el primer automóvil de producción en superar la marca de 300 mph. alcanzando una velocidad de exactamente 304.773 mph (490.484 km/h).

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Este motor ha sido testado durante más de 16.000 horas en sus diferentes fases de desarrollo. Además, se completaron más de 500.000 kilómetros de prueba en el vehículo para que el motor cumpliera con los exigentes estándares de calidad de Bugatti.

Se fabrica en la planta de motores de Volkswagen en Salzgitter, Alemania, en una sala separada y reservada exclusivamente para el W16. Dos expertos tardan seis días en ensamblar meticulosamente de forma manual 3.712 piezas individuales.

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Una vez terminado se empaqueta y se transporta a Molsheim, Francia, donde el motor y la transmisión se ensamblan como el primer paso antes del montaje definitivo en el Chiron en el Bugatti Atelier.

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Rodrigo Pareja

Periodista especializado en movilidad en todas sus variantes: coche, moto, bicicleta, patinete eléctrico... y no siempre por este orden, dado que la forma en la que nos desplazamos está cambiando. Más de 20 años de experiencia en el mundo del automóvil y en constante adaptación en un sector que no deja de generar noticias.