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Los embragues centrífugos son un poco diferentes al estilo de embrague con el que podemos estar familiarizados. No se usan mucho en automóviles, pero se encuentran comúnmente en vehículos como scooters y karts. Sin embargo, al igual que los embragues a los que estamos acostumbrados, fallarán si aplicas mucho estrés en uno de ellos.
Imágenes muy llamativas
En lugar de usar un plato de presión para conectar el motor a la transmisión, los embragues centrífugos usan fuerzas centrífugas (de ahí el nombre) para empujar un juego de zapatas de freno internas reguladas por muelles hasta que tocan la campana, transfiriendo potencia.
El canal de YouTube Warped Perception, siguiendo la sugerencia de un espectador, decidió apuntar una cámara ultralenta a un par de embragues centrífugos y ver cuánto estrés podían soportar al colocarlos en su lugar. El primero, montado en el motor diésel de un kart, falla de manera espectacular, con la carcasa de la campana derritiéndose en pedazos, haciendo volar las zapatas y los muelles. El segundo, conectado a un motor de gasolina de un solo pistón de 29 cc de altas revoluciones, rompe la mayoría de las soldaduras que lo mantienen en su lugar antes de enviar su muelle fuera de la carcasa.
El último embrague tiene una cara completamente abierta, lo que nos da una buena idea de cómo funcionan realmente los embragues centrífugos. Gracias a la magia de las cámaras lentas, podemos ver cómo las zapatas se expanden cada vez más cerca de las paredes de la carcasa, antes de finalmente hacer contacto y transferir energía.
Brian Silvestro is Hearst Autos' former lead deputy editor for rankings content. He spent over seven years as a staff writer for Road & Track Magazine where he contributed car reviews, industry interviews, and more. He has a taste for high-mileage, rusted-out projects and amateur endurance racing.
Especialista en temas de motor y tecnología. Apasionado de la mecánica y las cuatro ruedas desde niño, ahora trato de transmitir mis experiencias a todo aquel que disfrute con el olor a gasolina, la velocidad, el placer de conducir, el diseño y el sonido de esos motores que nos ponen los pelos de punta