Dentro del carrusel de locuras al volante en el que se ha convertido la saga Fast and Furious sigue habiendo escenas que muchos siguen recordando por su espectacularidad.

Una de ellas puede ser sin duda la escena del robo al tren en Fast Five, la quinta entrega de la saga en la que el equipo de Toretto y Brian O'Conner extraían joyas como un Ford GT40 o un clásico Corvette Roadster especial, posiblemente el gran protagonista de la escena por su salto.

Cómo engullir un 20% del presupuesto de la película en una escena

Un salto que tuvo su historia y que acabó aumentando el presupuesto de la escena hasta la friolera de 25 millones de dólares, unos 20,6 millones de euros al cambio.

Dicho de otra forma, la famosa escena del tren de Fast Five se llevó un 20% del presupuesto para la película, en total 125 millones de dólares que como uno puede imaginar se recuperaron fácilmente en taquilla, con unos ingresos de 626 millones de dólares (516 millones de euros).

¿Pero qué hizo que esta escena acabara costando tanto dinero? Pues bien, estos y otros detalles los ha desvelado en su último vídeo Craig Lieberman, director técnico de algunas de las películas de la saga que ha mostrado los entresijos de una escena de acción como esta.

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La gran clave de una cifra tan apabullante fue los distintos intentos que tuvo que hacer el equipo de rodaje para que el Corvette Roadster cayera de una pieza en la zona desértica. Para ello tuvieron que recurrir a un total de 12 Corvette Roadster creados por el fabricante de réplicas Mongoose Motorsport. Esto deja claro para empezar que afortunadamente todos los coches que se utilizaron en este rodaje no eran originales, sino que recurrieron a réplicas que ayudaron a contener considerablemente los gastos.

preview for Tráiler en español de 'Fast&Furious 9', nueva película de la saga de acción

Tres Corvette lanzados con un cañón para hacer el salto

Con cinco de ellos se realizaron las escenas con especialistas, entre ellas el famoso salto, realizado con un gigantesco cañón de aire que llegó a disparar tres unidades. Estos modelos utilizaban un chasis del Volkswagen Beetle que fueron modificados para funcionar sin problemas fuera del asfalto, donde el Corvette protagonista acababa manejándose.

Todo este proceso se puede descubrir y ver de la mano de Craig Lieberman que explica con detalle todos los entresijos que esconde una escena que acaba luciendo de forma espectacular en la gran pantalla en los poco segundos que dura el salto, pero que esconde un gran esfuerzo de medios, tiempo y dinero detrás.

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Antonio Ramos Ochoa

Especializado en el mundo del motor, la competición y la tecnología, Antonio Ramos Ochoa es redactor de Car and Driver. Se comenta que antes de bajarse del carro ya iba diciendo el nombre de los coches que iba viendo por la calle. Unos cuantos años después sigue hablando de una de sus pasiones aquí. Aficionado al Motorsport, el cine, videojuegos y la historia, incluso se desfoga de vez en cuando al volante de un kart o un simulador.