Volkswagen vuelve a ofrecer el acabado R-Line para su monovolumen compacto Touran, que estrena nueva generación este 2015. El modelo dispuso de él brevemente y en ciertos países europeos un año después de recibir la actualización de 2006. La inmeditamente posterior de 2010 prescindió de este paquete y ahora regresa con la gama 2016. A diferencia del primer Touran R-Line, esta variante presenta variaciones en su aspecto más significativas.

Ambos parachoques muestran un diseño muy diferente al convencional. El delantero recibe unos apéndices de color negro brillante que bordean las tomas de aire de los extremos y el posterior, además de una forma más prominente, luce un aplique cromado que lo adorna. Volkswagen añade estribos en negro brillante, barras de techo plateadas, llantas Salvador de 17 pulgadas o Marseille de 18 y el logotipo R en la parrilla delantera y los laterales.

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El habitáculo se distingue por los insertos y la tapicería del techo en color negro, la decoración "Race" de los asientos, los pedales de acero inoxidable, las placas de aluminio de los umbrales de las puertas delanteras, las costuras grises de las alfombrillas y el volante con guarnecido de aluminio y el emblema R.

Volkswagen no limita la disponibilidad del acabado a uno o varios motores concretos, sino que puede encargarse con cualquiera. Los clientes tienen dos opciones a la hora de encargarlo: bien solamente las modificaciones externas, que cuestan 760 euros, bien el conjunto completo, para lo que tendrán que pagar 2.155 euros.