Se mire por donde se mire, cuesta creer que es un Toyota. No hay ningún rasgo que lo asocie a los modelos que la japonesa tiene a la venta: ni los faros, ni la calandra, ni los espejos retrovisores, ni la zaga, ni el interior. Todo es nuevo en el pequeño biplaza descapotable conocido como GRMN Sports Hybrid, que se nos antoja hasta parecido por concepción, salvando las distancias, al Yes Roadster. El frontal, presidido por una gran abertura de aireación colocada muy baja, está rematado por unas ópticas con focos separados. En el lateral, una gran toma de refrigeración, colocada tras las puertas, gana protagonismo, mientras que en la zaga, la caída de la trasera queda unida con el portón, con pequeñas ranuras de ventilación, doble salida de escape simétrica y unos pilotos bastante futuristas para lo que Toyota nos tiene acostumbrados.

Como ya hiciese en su momento Peugeot como los sistemas Hybrid4 (un motor de combustión mueve el eje delantero y otro eléctrico hace lo propio con el trasero), Toyota copia la idea y dota al GRMN de tracción total con idéntico sistema, pero a la inversa: un 3.5 V6 de 248 caballos para atrás y un eléctrico de 52 caballos para delante que, en conjunto desarrollaron 300 caballos.

Toyota anuncia que el peso final, tras los refuerzos de la carrocería pertinente cuando hablamos de la rigidez torsional, es de cerca de 1.500 kilogramos, en la línea del Audi TT Roadster y del BMZ Z4.

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