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La emblemática factoría de Mini en Oxford (Reino Unido) ha concluido hoy el montaje de la última unidad del Mini Clubman. Con este acto, la firma británica ha querido poner fin a la producción de esta singular carrocería de cinco puertas y maletero extendido que, hasta ahora, se ofrecía dentro de la gama como opción para quienes necesitasen más espacio para pasajeros y equipaje.
Acabado en un llamativo tono naranja, el último ejemplar ha protagonizado una emotiva fotografía familiar junto a los trabajadores de la planta y otros dos Mini Clubman, pertenecientes uno a la generación 2015 del modelo, y otro al primigenio Clubman lanzado por la antigua BMC en 1970.
Fin a 55 años de historia
Al igual que otros iconos que también motorizaron sus respectivos países, el Mini sirvió (y continúa sirviendo) como base para multitud de derivados y transformaciones. En el caso del Mini Clubman, éste surgió a principios de los sesenta, cuando la propia BMC lanzó dos versiones familiares del Mini, el Austin Seven Countryman y el Morris Mini Traveller, dotadas con una misma carrocería con la parte trasera alargada y rematada en dos puertas que se abrían en compás, brindando acceso al espacio de carga.
Sería en 1969 cuando, de la mano del diseñador Roy Haynes, la BMC presentó un Mini muy renovado que, por primera vez, se comercializaría con el apellido Clubman. Luciendo un frontal específico, distinto al del Mini de toda la vida, el Mini Clubman disponía para 1970 de una carrocería familiar idéntica a la de los Countryman y Traveller que le precedieron. Una carrocería que lo acompañaría hasta el final de su vida comercial en 1982, con el Mini Metro ya acaparando el centro de la atención.
Por todo lo anterior, el emblema Clubman quedó asociado a la variante más espaciosa y práctica del Mini, y así lo entendió la renacida Mini bajo el auspicio de BMW cuando se propuso recuperar el Clubman en 2007, a base de alargar la carrocería del Mini One para introducir un gran maletero custodiado por una pareja de puertas posteriores en compás, junto a una puerta lateral semioculta que mejoraba el acceso a la segunda fila de asientos.
Finalmente, a partir de 2015 Mini reubicaría el Clubman dentro de su gama como una opción más cercana a la fórmula clásica de coche compacto con cinco puertas y cinco plazas. Fórmula que, si bien no estamos seguros de que llegara a planteársela Sir Alec Issigonis en su época, sí ha supuesto un soplo de aire fresco para uno de los últimos automóviles urbanitas que perviven ofreciendo sólo dos puertas. Y es que, donde hay tradición, también hay vida.
Especializado entusiasta en motor, competición, historia y técnica del automóvil. Eterno aprendiz, también, en el novedoso sector de la movilidad sostenible. Licenciado en Periodismo con varios años de experiencia en esto de hablar sobre las cuatro ruedas.
