Con el segmento de los utilitarios en plena ebullición, en Ford han decido asumir un reto importante este año y tras renovar por completo el Fiesta, ahora presentan un coche de cine. El nuevo Ka, protagonista en la última película del agente 007 -Quantum of Solace-, se sirve de la base mecánica del Fiat 500 (ver prueba) y adquiere el estilo de la marca denominado ‘Kinetic Desing’. Una combinación perfecta para tratar de repetir el éxito de su antecesor de idéntico nombre, que recibió varios premios al mejor diseño y vendió un millón y medio de unidades en doce años.

La primera impresión que nos produce el Ka es excelente. Se trata de un coche con un diseño atractivo , un toque glamuroso y unas dimensiones reducidas. Una descripción en la que encaja perfectamente el Fiat 500, modelo con el que comparte un 80% de sus piezas y que sin embargo no se parece en absuluto al Ka. Ford ha hecho un buen trabajo para personalizar su modelo, tanto en lo referente al diseño exterior como al interior.

El habitáculo es reducido pero el poco espacio disponible está repartido racionalmente.

El diseño del salpicadero favorece que el copiloto pueda desplazar su asiento hacia delante y conservar un buen espacio para las piernas y, además, otorga un volumen considerable a la guantera. Esto posibilita que tres personas de talla mediana puedan viajar a gusto en un Ka, aunque no con demasiado equipaje, claro. El maletero tiene una capacidad bastante limitada y no se puede ampliar de ninguna manera.

El Ka, que pretende ser una alternativa más económica al Fiat 500, ofrece también detalles de estética chic. Su diseño interior es muy vistoso, los materiales son de buena calidad y disponemos de una dotación de gadgets tecnológicos considerable: puerto USB, climatizador, conexión de teléfono móvil mediante Bluetooth, radio CD con MP3 y mandos integrados en el volante. Además, hay varias redes distribuidas por el habitáculo que nos permiten depositar objetos. Solo echamos de menos algunos detalles como los asideros, o la posibilidad de abrir el maletero sin usar el mando a distancia.

A tu ‘rollo’
En clara sintonía con las nuevas demandas del segmento, el Ka dispone de una serie de accesorios de personalización para el exterior y el interior del coche. Y si el 500 tiene un aire retro, el Ford ofrece una estética atrevida y moderna. De esta forma, se pueden instalar tres kits estéticos diferentes: Digital Art, Grand Prix y Tattoo, todos ellos enfocados a un público femenino y juvenil.

En la carretera es donde más similitudes se pueden apreciar con su primo hermano trasalpino. El Ka es un coche que se maneja especialmente bien en ciudad. Tiene un buen radio de giro y la dirección, de asistencia eléctrica, ofrece un tacto blando y adquiere mayor precisión en carretera. En este terreno, el bastidor nos permite realizar una buena conducción dinámica. Incorpora una barra estabilizadora en el eje trasero para dotar a la estructura de rigidez.

El ESP no es de serie, se ofrece como opción.

La gama de motores inicialmente está compuesta por el 1.3 TDCI de 75 caballos y el 1.2 de gasolina que rinde 69 caballos. El Diesel es algo más polivalente, responde mejor a bajo régimen y permite ir más desahogados en marcahas largas, pero el de gasolina es menos ruidoso y tiene mejor tacto. Además, por la diferencia de precio que existe entre ambos nos parece más recomendable. En el futuro y también enfocada al público joven, se venderá una versión Econetic que rebajará las emisiones de estas dos versiones, aunque ninguna ni las mismas alcanza la cifra de 120 gr/km.

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Jose Carlos Luque

Experto y apasionado del motor y la comunicación en todas sus formas, recalé en Car and Driver a finales de 2007 y desde 2016 dirijo este site. Periodista de vocación y formación, conservo buenos contactos en el sector y trato de que la información que leas aquí sea la más inmediata, completa y veraz. Pero también realizo pruebas, comparativas, noticias, entrevistas... y en mis ratos 'libres' crío a tres niños pequeños que –con diferencia– es el trabajo más duro de todos los que he hecho jamás.