El Volvo XC 90 supone el inicio de una nueva era para Volvo, que culminará con la renovación de toda su gama en los próximos cuatro años. Este nuevo SUV de lujo, que supone la segunda generación del modelo, servirá de fuente de inspiración estética y tecnológica al esto de la gama.

Es difícil encontrar en el mercado, por no decir imposible, un modelo que lleve a la venta 13 años sin modificaciones profundas, lo cual es una muestra del éxito del mismo. El nuevo supone la entrada de la firma en una nueva etapa tecnológica representada por la gran tablet de 12,3 pulgadas que incluye de serie en el salpìcadero para toda la gama. Desde esta pantalla, creada a imagen de la del Tesla, se puede controlar el máximo de funciones electrónicas del automóvil, hasta el punto de que el salpicadero se ha simplificado hasta tener solo ocho botones 'tradicionales'.

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Lo primero que nos llama la atención del habitáculo es el nivel de calidad alcanzado por la marca sueca, los materiales son extremadamente cuidados, los ajustes milimétricos y las butacas resultan sencillamente excelentes, tanto por la forma en que nos recogen como por el tacto de su piel. Adicionalmente los que buscan un plus de deportividad cuenta con el acabado R-Design. Que ofrece asientos que mejoran aún más el agarre con 'orejas' laterales de gran tamaño.

Estéticamente podemos elegir entre la estética Urban, Rugged–campera– o R Design–deportiva–. en todos los casos el XC90 resulta un coche 'voluminoso' que se deja notar allá por donde pasa. De hecho mide 4,95 metros de largo por 2,14 de ancho, con un peso que arranca en los 2.078 kilos.

Superado el grato impacto por la sobresaliente calidad interior y las innumerables posibilidades de personalización con molduras en madera, aluminio, fibra… Nos llama la atención la inmensa pantalla central de ¡12,3 pulgadas! Actuamos sobre ella y descubrimos un sinfín de menús que llegan a abrumarnos en primera instancia, aunque conforma pasaban las horas en el coche tras dos días de pruebas es muy sencillo familiarizarse con ella y la acabas manejando con total naturalidad.

Está dividida horizontalmente en distintas funciones, la zona superior para navegación, la intermedia para la radio, la inferior para la climatización; lo que acaba resultando muy racional. El único inconveniente es que resulta imposible evitar que acaba sucia por las huellas dactilares de quienes la manipulan, la marca debería trabajar en algún tipo de protector plástico intercambiable, a imagen de los que se emplean en los móviles y tableta en la actualidad.

Con esas cotas externas es sencillo imaginar que en el interior las plazas son muy amplias, y que incluso la tercera fila puede albergar a ocupantes de 1,70 metros sin problemas gracias a un elaborada ergonomía en estos puestos que siempre resultan angostos. El acceso a esta fila es equivalente a otros modelos, complicado para adultos pero extremadamente sencillo para niños y jóvenes.

El maletero cubica entre 285 y 2.000 litros, en función de la configuración de plazas elegida.

El D5 es la opción más racional de compra; el T8 es una locura bendita
con 400 caballos de potencia híbrida

Nuestra primera toma de contacto en el D5 resulta muy satisfactoria. El motor empuja con contundencia, y mueve los casi 2.100 kilos con mucha soltura ayudado por el cambio automático de ocho velocidades. Una pena que por el momento no cuenta con levas en el volante, aunque la marca confirma que llegarán en breve. También sería deseable una mejor insonorización del propulsor, un 'pero' que puede deberse a que se trataba de unidades preserie que aún deben ser 'afinadas' antes de llegar a los concesionario.

Las sensaciones al volante son muy satisfactorias, pues logra un elevado grado de comfort a los ocupantes a la vez que ofrece un tacto ligeramente deportivo al conductor. En esto último tiene mucho que ver el reducido diámetro del volante, y sólo echamos en falta un tacto de dirección algo más firme. Destaca el trabajo de la suspensión neumática, que en combinación con el Drive Mode nos permite elegir entre cinco modos de conducción en función de que apostemos por la comodidad, la deportividad o la ecología. Pudimos constatar con agrado que las diferencias entre los modos son reales, pudiendo pasar de una comodidad casi agobiante a una firmeza de amortiguación que roza lo incómodo.

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Como es habitual en otros modelos, el sistema de tracción integral está siempre latente esperando la menor pérdida de tracción en el eje delantero para mandar atrás hasta el 50% de la potencia disponible.

Capítulo especial merece la conducción de la variante híbrida T8, que cuenta con un motor gasolina de 318 caballos y uno eléctrico para el tren trasero de 82; sumando entre ambos una potencia conjunta de 400 caballos. El empuje de este grupo propulsor roza lo espectacular, poniendo en un serio aprieto a rivales de la talla de Audi Q7 o BMW X5; tanto por realización como por comportamiento.

Como buen híbrido ofrece diferentes modos de conducción que nos permiten circular en modo eléctrico, regenerar batería, con el empuje puntual de ambos motores… Sin duda serán 79.950 euros muy bien invertidos si te gustan las sensaciones automovilísticas.

En cuestión de precios, el D4 que llega después de verano costará 53.900, el D5 cuesta 59.000 y el T6 70.650 euros.

En materia de seguridad incorpora dos novedades mundiales; la primera es un sistema que detecta posible colisiones en cruces contra otro automóvil deteniendo el nuestro y la segunda es un sistema que amortigua los asientos en caso de salida de la calzada para mitigar los daños sobre la columna vertebral de los ocupantes.