Los accidentes de los superdeportivos más admirados siempre nos producen cierto estupor pero en esta ocasión el suceso es especialmente crudo. Se trata de un McLaren F1, seguramente uno de los modelos que más han aumentado su cotización en los últimos años. De hecho, hace poco os contamos que una unidad de este modelo, propiedad de Michael Andretti en el pasado, alcanzó la desorbitante cifra de 7,5 millones de euros.

En cualquier caso, la mala suerte se cebó con su propietario, que circulaba por la carretera que enlaza las localidades de Saline di Volterra y Pomarance en Italia cuando, por causas que se desconocen, perdió el control de su McLaren F1 y fue a impactar contra un árbol. Afortunadamente, a pesar de que el impacto fue muy fuerte, tanto el conductor como su acompañante no sufrieron daños de gravedad y se recuperan favorablemente en un hospital de la zona.

Un caso bien distinto es del automóvil, el McLaren F1 con chasis número 72 que formaba parte de una caravana de estos exclusivos modelos que recorría Italia estos días y que como podéis apreciar en el vídeo ha quedado seriamente dañado. La reparación del mismo seguramente sea viable aunque especialmente costosa y sino que se lo pregunten al actor Rowan Atkinson–más conocido como Mr. Bean–, quien por cierto, también formaba parte del grupo de McLaren –con asistencia técnica de la marca incluida– que recorría Italia. Atkinson o mejor dicho su seguro, se vio obligado a desembolsar 1,07 millones de euros –910.000 libras esterlinas– en una reparación de su F1 que, por cierto, se alargó durante más de 18 meses.

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Jose Carlos Luque

Experto y apasionado del motor y la comunicación en todas sus formas, recalé en Car and Driver a finales de 2007 y desde 2016 dirijo este site. Periodista de vocación y formación, conservo buenos contactos en el sector y trato de que la información que leas aquí sea la más inmediata, completa y veraz. Pero también realizo pruebas, comparativas, noticias, entrevistas... y en mis ratos 'libres' crío a tres niños pequeños que –con diferencia– es el trabajo más duro de todos los que he hecho jamás.