Carlos Sainz se marcha de Bakú con un resultado positivo tras terminar 8º en una de las carreras más locas de los últimos años.

Pese a que la prueba arrancó con susto para el español, quien tuvo que evitar una colisión con su compañero Daniil Kvayt, el de Toro Rosso fue capaz de gestionar su carrera para terminar en los puntos.

"Para ser un fin de semana complicado, creo que lo hemos salvado bastante bien. Ha sido una carrera divertida para ver desde casa. Al principio, con Daniil, era o chocar y quedarse los dos coches fuera, o evitarlo de cualquier manera y eso es lo que ha pasado, honestamente. A partir de ahí me he tenido que quitar, creo que me había puesto 14º o 13º en la salida después de la primera curva, pues me hubiese gustado remontar desde ahí y no desde el último, ya que creo que hubíesemos quedado por delante de Magnussen, peor bueno, es lo que hay", señala a Movistar+.

Así, el madrileño reconoce que, aun así, le faltó el ‘feeling’ necesario para ser un poco más rápido, algo que ya venía notando desde el viernes, aunque reconoce que habrá cambios de cara a la próxima cita en Austria.

"Sí, hemos tirado a tope desde ahí. Pero ha sido la misma historia que durante todo el fin de semana, me ha faltado un poco de ‘feeling’ con el coche y hemos visto un par de cosas en los datos que no están como deberían, así que habrá cambios para Austria porque creo que hemos encontrado el problema", concluye.