Una situación que se repite en el tiempo y en la que Bernie Ecclestone basó una de sus fuerzas negociadoras. Cuando un circuito del actual calendario tiene que renovar su contrato, se buscan sedes alternativas para así presionar a la actual sede e incrementar el llamado canon, la cantidad que el circuito paga a la Fórmula 1 por albergar una carrera.

Tras el escándalo que supuso para Valencia el ser sede de la Fórmula 1, con un gasto estimado de dinero público de en torno a 160 millones de euros, la ciudad no quiere ni oir hablar de un hipotético regreso. Tampoco lugares como Jerez, que destina todos sus esfuerzos al mundial de motociclismo. Bilbao también probó con un circuito urbano y nunca más quiso repetir, motivo por el que, para mantener el Gran Premio de España, a la Fórmula 1 le queda, renovar con el Circuit de Barcelona, rebajar sus pretensiones para acabar en Motorland Aragón, o intentar que una gran ciudad como Madrid quiera realizar una inversión.

Y según informa El Confidencial Digital, esto último es por lo que se ha optado, pues ya se han producido contactos entre la Fórmula 1 y el ayuntamiento de Madrid, sin que, según sus fuentes, esto signifique nada más que una primera toma de contacto.

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La Fórmula 1 puede ver una negociación con El Circuit de Barcelona algo complicada, con un gobierno autonómico bloqueado y que gira en torno a la independencia, y con una alcaldesa de Barcelona que se comprometió a retirar las ayudas al trazado situado en Montmeló, a pesar de los beneficios indirectos que la instalación reporta a Barcelona y alrededores.

Por otra parte, la ciudad de Madrid cuenta con el potencial económico como para afrontar la inversión, aunque pocos creen que esto pueda ser posible con Manuela Carmena al frente, que como mínimo, exigiría que todo el capital viniese de manos privadas, y un circuito urbano requiere un gran esfuerzo logístico, molestias para muchos ciudadanos y un gran desembolso económico. También se cuenta con malas experiencias como el no nacido circuito de Pinto que acabó en una guerra política.

Lo único cierto es que la sede del Gran Premio de España de 2020 está sin asignar, y hasta que se anuncie la renovación o no del Circuit de Barcelona (suele coincidir con la celebración del Gran Premio), se van a ver interesantes maniobras, pues Bernie Ecclestone ya no está, pero las negociaciones parecen seguir el mismo estilo.