La pole de Lewis Hamilton para el Gran Premio de Gran Bretaña estuvo en peligro durante un breve periodo de tiempo. El piloto británico redujo la velocidad para prepararse para una vuelta rápida cuando Romain Grosjean le alcanzó y se quedó detrás cuando Hamilton comenzó a acelerar. Como es habitual en el francés, mostró al equipo su enfado con el piloto de Mercedes a través de la radio y poco después se anunció que la acción sería investigada.

“Iba a comenzar mi vuelta y tenía a Bottas delante, así que intentaba tener espacio. Detrás de mí estaba uno de los Force India, quien pasó, y entonces no había nadie. Iba a acelerar cuando miré a los retrovisores y vi un coche. Entonces intenté avanzar. No sé si le estorbé, pero si lo hice me disculpo. El equipo no me avisó de que venía alguien. Tengo que mirar las imágenes. No creo que estuviera tan cerca cuando aceleré”, explicó Hamilton tras la clasificación.

Después de revisar los datos y las imágenes del incidente desde diferentes ángulos, los comisarios llegaron a la conclusión de que, aunque Hamilton se puso en el camino de Grosjean, lo sucedido no afectó al francés. De esta forma, se ha sentado un precedente inédito en el que, aunque se ha considerado que un piloto ha podido molestar a otro, no se ha sancionado porque no ha costado nada al competidor estorbado.

No resultaría extraño que los comisarios fueran especialmente permisivos con Hamilton cuando aspira a llevarse una nueva victoria en su Gran Premio local. Además, en otras ocasiones se han tomado unas medidas u otras dependiendo de si los pilotos implicados son candidatos al título o no.