Después de que Romain Grosjean fuera sancionado por la Federación Internacional de Automovilismo (FIA) al prohibirle disputar el Gran Premio de Italia y que Mark Webber le apodara como "el chiflado de la primera vuelta", Lotus había considerado abiertamente no renovar al francés para 2013. Pero su compatriota y jefe de equipo, Eric Boullier, creyó en su joven piloto y señaló que, a pesar de su tumultuoso 2012, se merecía otra oportunidad.

Así, Boullier ha señalado que su fe en Grosjean fue clave para la continuidad del galo en Lotus para 2013. "Creo que si yo no hubiera estado aquí, él no estaría aquí hoy", admitió. "Este es un chico que tiene el privilegio de ser uno de los pilotos más rápidos del mundo. Pero este es un mundo inflexible que no permite muchos errores. Todavía tiene que aprender, pero debe hacerlo rápidamente", afirmó Boullier al diario Le Figaro.

Respecto a su continuidad en la formación de Enstone, el piloto galo admite saber que Boullier ha jugado un papel importante en el 'rescate' de su carrera. "Tenemos una confianza mutua, pero él es mi jefe. Y a causa de eso, no me puede defender siempre", sonrió Grosjean. "Sé que él hizo mucho por mí para que estuviera aquí".

El piloto francés sabe de primera mano que se le ha dado una segunda oportunidad, "tres (oportunidades) si se cuenta mi debut en 2009", rectificó ante los medios. Además Grosjean es consciente de que sus errores no serán tan fáciles de perdonar ahora. "Sólo hay 22 pilotos en la parrilla y la competencia es enorme", dijo. "Lo hemos hablado con la dirección este invierno y me han marcado unos objetivos. Ahora sé lo que tengo que hacer para tener su confianza", dijo Grosjean.