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Lando Norris se llevó la victoria en el Gran Premio de Miami mientras que Max Verstappen quedó en segunda posición y a más de 7 segundos del británico, algo inaudito en las últimas temporadas con dominancia de Red Bull. El mismo neerlandés admitió quedar sorprendido por el impresionante ritmo del McLaren.
Incapaz de seguir la estela de Norris
Es cierto que la suerte fue uno de los factores determinantes en la pole de Norris, pero no hay que obviar que ya venía advirtiendo con su velocidad varias vueltas antes del Safety Car. La combinación entre las condiciones del asfalto y las mejoras del McLaren, centradas en la degradación, fueron determinantes para que el británico pudiera cuidar los neumáticos medios del primer stint. Esto hizo que el piloto se quedara fuera liderando la carrera, cuando todos sus rivales habían parado en boxes, es decir, para que pudiera tener la fortuna de aprovechar la parada 'gratis' del SC tienes que estar en esa ventana y su equipo acertó completamente.
La reanudación fue otro momento crucial, Verstappen intentó presionar todo lo que pudo pero no le quedó otra que ver cómo se le escapaba Norris. Esto demostró que el ritmo del McLaren no había sido un espejismo y al de Red Bull solo le quedó conformarse con la segunda posición.
"Realmente no lo vi al principio porque estaba más concentrado en Oscar detrás y en los Ferrari. Pero luego boxeé y escuché el ritmo que estaba haciendo con los medios usados. Pensé, 'Eso es bastante loco'. Quiero decir, nunca hubiera podido hacerlo", admitió.
No se sintió lo suficientemente rápido
Verstappen no fue todo lo diferencial que le hubiese gustado, jamás se separó más de 4 segundos del tren de coches que le perseguían, dejando una separación mucho menor de lo habitual y haciéndole alcanzable. Además, el daño que tuvo en el suelo tras su error en una curva le hizo que el rendimiento de su coche decayera mucho. Explicó que "incluso si no hubiera habido un coche de seguridad, cuando él saliera con neumáticos nuevos, habría tenido que esforzarme mucho para poder mantenerlo detrás", no se veía tan superior como de costumbre.
La victoria de Norris mete más presión a los de Milton Kenyes, que tras haberse dejado puntos en Australia, cuando ganó Carlos Sainz, quieren volver al liderato en la próxima cita, Imola.
El tres veces campeón del mundo es consciente de que habría podido ser una cos muy distinta si el coche de seguridad hubiera salido en otro momento, por lo que no está demasiado preocupado. "Son carreras. A veces funciona a tu favor, a veces funciona en tu contra. E incluso con ese Safety Car, todavía teníamos todas las oportunidades de ganar hoy, pero claramente no fuimos lo suficientemente rápidos. Y una vez que me di cuenta de eso, simplemente me acomodé y traté de llegar a casa en segundo lugar", zanjó.