El diseño innovador es algo que siempre ha distinguido a cualquier Citroën, incluso en los más compactos y asequibles que tampoco han escatimado en creatividad, desde el mítico 2CV hasta el todavía vigente C3. La cuarta entrega de esta saga no iba a romper con esa tradición. Primero conocimos su versión 100% eléctrica, el ë-C3, pero ya hemos podido ver también las versiones térmicas, con cambio manual, la única diferencia estética en el interior, además del freno de mano, también manual.

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Citroën//Car and Driver

Cada una de las generaciones del C3 se ha distinguido por su diseño, la primera de 2002, por su silueta y su aprovechamiento del espacio con curiosidades como las salidas de aire del salpicadero en forma de bola que se podían orientar en cualquier dirección. La segunda entrega de 2010 puso el punto de sofisticación con unas formas que casi eran de monovolumen pero con detalles propios de un segmento superior, como su enorme parabrisas panorámico o un ambientador que difundía fragancias a través de la climatización. La tercera generación de 2017, que todavía se vende, fue todo un alarde de creatividad exterior e interior, con sus prácticos y decorativos airbump, la combinación de texturas empleadas en todos los recubrimientos interiores o sus dos pantallas en el salpicadero, lo que eliminó casi por completo todos los interruptores tradicionales.

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WILLIAM CROZES//Car and Driver

El nuevo Citroën C3, al detalle

Aunque no resulte tan llamativo como el actual C3, el nuevo es una verdadera revolución porque da respuesta las diferentes necesidades de los clientes actuales. Estará al a venta con motores térmicos y eléctricos, su silueta está más cerca de un SUV pequeño que de un turismo o un monovolumen como sus antecesores. A pesar de ser solo 1,9 cm más largo que el actual, su espacio interior es más amplio en todas las cotas, sobre todo en altura. El patrón del doble Chevron que forma el logo de Citroën se repite por todo el exterior, en la parrilla delantera, pasos de rueda y también en muchos de los recubrimientos del habitáculo. Tejidos en color claro, y texturas muy diferentes, como una parecida al neopreno, se combinan para crear una atmósfera sofisticada en el interior del nuevo C3 que también presenta algunas otras sorpresas que te vamos a descubrir.

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Los mensajes para salir al exterior

En los apoyabrazos de cada una de las puertas encontramos unas llamativas etiquetas textiles en un luminoso color rojo casi fluorescente, similares a las que podría llevar una prenda de vestir. Cada una de ellas luce un mensaje diferente lleno de optimismo, feel good, be cool, be happy y have fun. Un detalle sin ninguna importancia y sin ninguna utilidad práctica pero cada vez que los miras te produce una sonrisa y se te queda grabado. Una curiosa forma de animarnos a cambiar la actitud cuando salimos del habitáculo del C3 al mundo exterior.

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Asientos amplios, cómodos y prácticos

Entre aquellos asientos del 2CV que eran simples estructuras tubulares con una lona y unos muelles en los bordes, a los actuales butacones envolventes, con tejidos técnicos y en una perfecta combinación de colores del nuevo C3 hay 75 años de historia, evolución y unas soluciones que se adaptan a cada época. Si en 1948 tenían que ser prácticos, ligeros y poder retirarse con facilidad, ahora deben ser cómodos, seguros y contar con espacio para elementos que por aquel entonces ni podían imaginar los diseñadores de Citroën, como bolsillos para una tablet en la parte inferior trasera o un smartphone en la zona superior.

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Tecnología más fácil de usar

En el anterior C3 uno de los puntos peor resueltos era la facilidad de uso al tener la mayor parte de los interruptores agrupados en la pantalla táctil central. El nuevo C3 tiene ahora los mandos de climatización separados, mediante interruptores tradicionales, mucho más prácticos y fáciles de manejar. La instrumentación digital usa un curioso sistema que en realidad es un head-up-display pero interior, ya que la información se proyecta desde la base del salpicadero hasta una zona bajo la visera de ese mismo salpicadero. No entendemos muy bien la complicación de hacerlo así en lugar de colocar una pantalla en ese lugar y evitar tener que proyectar la información pero el resultado es bueno y los datos son perfectamente visibles, además de quedar bien protegidos de una excesiva exposición a la luz ambiental que haría difícil su lectura.

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El toque de color que tú puedes cambiar

En el nuevo C3 no hay tantos elementos exteriores personalizables como en su antecesor pero son más fáciles de quitar y poner y podemos cambiarlos cuando nos cansemos de nuestra elección. Son unas líneas que se sitúan por detrás de la ventanilla trasera y bajo los faros delanteros. De momento están disponibles en varios colores y con la bandera francesa, por supuesto, pero la gama se irá ampliando con nuevas propuestas y las banderas de otros países. Se quitan y se ponen a presión, sin ninguna herramienta, por lo que su sustitución es rápida y fácil.

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La nueva identidad luminosa

La incorporación del logo original de Citroën, aunque convenientemente actualizado, también ha traído una nueva firma luminosa que va a permitir distinguir a los nuevos modelos de la marca incluso en la oscuridad, no solo al C3. Esta identidad está formada por dos líneas finas horizontales y una vertical mucho más gruesa, en realidad un rectángulo. Este mismo patrón de luz se repite en la parte trasera, algo menos habitual, ya que la mayoría de las marcas suelen utilizar otros diseños para los pilotos posteriores.


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Pedro Berrio

Más de 30 años dedicado al periodismo del motor y el estilo de vida que siempre ha acompañado al automóvil, primero como director de tres publicaciones y ahora como colaborador. Por mucho que se empeñen en hacernos creer que los coches son simples instrumentos de movilidad, para mí son verdaderas obras de arte que provocan emociones y el primer artefacto moderno que proporcionó a la mayoría de la humanidad una forma real de libertad y de conocimiento de otros mundos, mucho antes de que existiera Internet.