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Subirse a un Rolls Royce es una experiencia realmente especial. Una que va más allá de encontrarte un alto nivel de lujo y detalles únicos para ofrecerte, incluso desde el asiento de atrás, un viaje relajante en el que la suavidad, el silencio y el confort son los protagonistas. Para llegar a esa meta llevan confiando durante décadas en el refinamiento de sus famosos V12 y en una puesta a punto que apuesta por la máxima comodidad para ofrecer una experiencia similar a la de moverte en una nube, algo que por suerte para mí pude comprobar en más de una ocasión desde el mismo momento en el que aterricé en Inglaterra tras recibir una exclusiva invitación de Rolls-Royce.
Ese nivel de suavidad y exquisita experiencia a bordo, fruto de más de 100 años de meticuloso trabajo para crear los salones rodantes más lujosos y confortables del mundo, es hoy en día más que conocido en el mundo pero tiene un curioso origen que no todos conocen: En el año 1900, antes incluso del nacimiento de la marca Rolls-Royce, uno de sus fundadores, Charles Rolls, habló en el artículo de una revista de las bondades del coche eléctrico ya a inicios del Siglo XX. Un tipo de automóvil del que destacaba su funcionamiento limpio y silencioso, sin olores ni vibraciones. Una idea perfecta para crear un coche de lujo, aunque él mismo era consciente de que en ese momento era poco más que un sueño de futuro por los problemas y limitaciones de la tecnología eléctrica en aquella época, principalmente los puntos de carga. ¿Te suena de algo?
Rolls-Royce Spectre - fotos
Y aquí estamos, 123 años después de aquel premonitorio artículo y con el coche eléctrico ya convertido en una realidad en auge, a punto de conocer la consumación de ese sueño de Charles Rolls: el Rolls-Royce Spectre, primer modelo 100% eléctrico de la marca británica. La idea materializada de un coche de lujo limpio, silencioso y refinado que, partiendo del ADN que lleva definiendo a la firma de lujo durante generaciones, hace que la transición de Rolls-Royce a lo eléctrico sea una de las más orgánicas y naturales en la industria del automóvil. Porque en esencia sus coches siempre han buscado ofrecer, incluso con su famoso V12, ese refinamiento, suavidad, silencio y alto par inmediato propio de los coches eléctricos.
Bienvenido al hogar de Rolls-Royce
Estamos en West Sussex, zona de campos y lujosos castillos en una Inglaterra que, para sorpresa de pocos, nos recibe con un cielo encapotado y con la lluvia acechando. Como todo en Rolls-Royce es a lo grande un Ghost Black Badge nos lleva a una de las sedes más especiales y exclusivas del mundo de la automoción: Goodwood, la casa de Rolls-Royce. Toda la gama actual de la marca, con el Ghost, el SUV Cullinan y por supuesto el señorial Phantom, se presenta ante nosotros en medio de una plaza meticulosamente cuidada, con arboles con la copa con una forma perfectamente cuadrada y vistas de fondo a la misma línea de montaje totalmente acristalada en la que se crea todo Rolls-Royce que existe, y entre ellos algunos de los coches más caros y exclusivos del mundo, la conocida como 'The Glass Mile'. Un escenario verde y moderno debe ser impresionante incluso para los clientes de la marca que vienen aquí a encargar y personalizar hasta el más mínimo detalle su nuevo Rolls, -aunque a partir de ahora también podrán hacerlo más cerca de su casa en las llamada Private Office que Rolls Royce está abriendo lugares como Dubai y otros puntos del mundo-.
Sin embargo el protagonista de nuestra visita es otro, ese primer paso en esta nueva era eléctrica de la marca británica: el Rolls-Royce Spectre. Aunque no es oficialmente el primer eléctrico en la historia de Rolls, ese honor lo tiene el ultrafuturista y exclusivo Rolls-Royce 103EX, sí es el primer modelo de cero emisiones de producción de la marca, con la forma de un coupé de elegante línea fastback que a pesar de sus nuevas entrañas se siente como un auténtico Rolls-Royce desde el primer vistazo, con todas las señas de identidad mundialmente famosas presentes también aquí.
Eso no quiere decir que Rolls no haya trabajado a conciencia su diseño, de hecho ciertos retoques como la nueva forma de su parrilla, menos vertical de lo habitual y unida a un capó con más caída, la mencionada trasera estilo fastback o el mismo rediseño de la legendaria figura del espíritu del Éxtasis, ahora más aerodinámica que nunca, han permitido crear el Rolls-Royce más eficiente de la historia, con una cifra de sólo 0,25 Cd.
Una pieza de orfebrería rodante
Con todo, lo que más te sorprende al estar frente al Spectre es lo enorme y majestuoso que es, incluso para tratarse de un coupé. No en vano con sus 5,47 metros de largo y 2 metros de ancho es el sucesor del descatalogado Phantom Coupé, por lo que hablamos de un auténtico buque insignia dentro de la marca, y en general del coupé más largo del mercado.
Sus puertas, con la famosa apertura inversa propia de los modelos de la casa -que también son las más grandes jamás creadas en un Rolls con 1,5 metros de puro aluminio para reducir su peso-, nos dan la bienvenida a un interior con el nivel de lujo y ejecución exquisita propio de la marca. Allá donde pongas la vista o el tacto encuentras materiales y ajustes de primera, metal, madera y cuero de primerísima calidad perfectamente ajustado, ni una imperfección, ni una sola puntada ligeramente desviada.
Este nivel de calidad se suma a los habituales detalles que solemos encontrar en los modelos de la firma británica, como los aireadores de estilo clásico, el reloj analógico en el salpicadero o la hipnótica inserción estrellada con el nombre Spectre en la zona del copiloto, una réplica del espectacular techo estrellado, seña de identidad de todo Rolls reciente, que también está presente aquí para ofrecer un espectáculo de luces especialmente cuando el día empieza a oscurecer. Todo el coche, tanto por dentro como por fuera, es una auténtica pieza de orfebrería que te podrías pasar horas observando detalle a detalle, entre ellos el paraguas completo que se esconde dentro de la puerta, y hasta en este "accesorio" el nivel de calidad es sublime.
Todo esto son cosas familiares en un Rolls-Royce actual, con distintos tipos, casi infinitos de acabados y colores a disposición del cliente, pero como coche más moderno de la marca británica el Spectre lo complementa con tecnología de última hornada, incluyendo un cuadro de mandos completamente digital acompañado de un head-up display y una generosa pantalla táctil para el sistema de infoentretenimiento. Una buena forma de combinar en una misma obra lo mejor de la era digital y eléctrica con la centenaria tradición de lujo y buen hacer de la casa británica.
Ficha técnica del Rolls-Royce Spectre
- Largo: 5.47 m
- Ancho: 2,14 m
- Alto: 1,57 m
- Batalla: 3,21 m
- Peso: 2890 kg
- Maletero: N.D.
- Motores: Dos motores eléctricos síncronos de imanes permanentes (SSM) de 258 CV/365 Nm delante y 449 CV/710 Nm detrás. 584 CV y 900 Nm de par en total.
- Tracción: Total
- Cambio: automático de una velocidad
- Aceleración 0-100 km/h: 4,5 segundos
- Velocidad máxima: N.D.
- Batería: Ion-litio de 102 kWh
- Consumo medio: 23,6 - 22,2 kWh/100 km
- Emisiones CO2: 0
- Etiqueta medioambiental: Cero
- Precio: 400.000 euros -aprox-
Test de conducción del Rolls-Royce Spectre
No obstante el tiempo apremia y toca ponerse en marcha. Otro de los trucos geniales propios de este modelo es que, para cerrar la enorme puerta colocada detrás -y no delante de tí como es habitual- basta con pisar el pedal del freno para que ésta automáticamente se acerque a tí hasta cerrarse, mucho más cómodo que tener que hacerlo a mano con este formato.
Las estrechas carreteras de la campiña inglesa y el conducir un colosal y carísimo coche como este, con el volante a la derecha y el carril y los giros al revés de como estás acostumbrado, hacen que los primeros kilómetros a bordo de este Spectre nos los tomemos con cierta cautela, aunque una vez nos acostumbramos a los pocos minutos manejarlo es sorprendentemente sencillo. A pesar de contar con la friolera de 584 CV y 900 Nm de par máximo a disposición de tu pie derecho gracias a sus dos motores eléctricos -uno de 258 CV/365 Nm delante y uno de 449 CV/710 Nm detrás- el Spectre siempre responde con una suavidad asombrosa, incluso relajante, de lo que también tiene buena culpa la asombrosa insonorización de este vehículo independiente de la velocidad a la que vayas.
Hablamos de un coche capaz de hacer un 0 a 100 km/h en 4,5 segundos a pesar de sus casi tres toneladas de peso, y que incluso a velocidades de autopista mantiene la compostura y la total calma hasta el punto de ver pasar el mundo a tu alrededor a toda velocidad mientras en el interior el tiempo parece que se ralentiza. Es algo parecido seguramente a viajar por el hiperespacio en el Halcón Milenario solo que en un entorno mucho más lujoso, de hecho el sonido eléctrico que el Spectre ofrece dentro del habitáculo es bastante similar al de una nave espacial, aunque siendo mucho más suave y sutil, incluso fantasmal -lo cual parece encajar como un guante cuando pensamos en el nombre de este vehículo-.
De hecho el Spectre consigue confundir a tu mente y hacerte pensar continuamente que llevas un coche mucho más ágil y compacto de lo que realmente es. ¿De verdad estoy en un coche de casi 5 metros y medio de largo, 2 metros de ancho y 2,8 toneladas? Eso es lo que no podía dejar de preguntarme. Porque cuando llegan las curvas su agilidad y estabilidad es sorprendente. Nada lo perturba, ya vayas por una carretera bacheada o estés atravesando un badén de uno de los encantadores pueblos de West Sussex por los que pasamos. La expresión ya tan recurrente de "viajar en una alfombra voladora" es inevitablemente la que mejor encaja con la sensación que experimentas a bordo.
En esto tiene mucho que ver el fantástico sistema de suspensión Planar de Rolls-Royce, toda una "orquesta de sistemas", en palabras de sus responsables, funcionando en perfecta sintonía para mantener el más alto nivel de confort a bordo independientemente del camino por el que conduzcas. También es clave la famosa plataforma Architecture of Luxury, que a pesar de ser una base empleada también en modelos previos de combustión, consigue alojar sin problemas este nuevo sistema eléctrico y su batería de ion-litio de 102 kWh. De hecho fue ideada desde el principio pensando en coche eléctricos como este. Con ella este Rolls puede cubrir una distancia de hasta 530 km (WLTP) con una sola carga, más que suficiente para que sus acaudalados propietarios puedan viajar entre propiedad y propiedad cuando no necesiten tomar un jet privado, acompañado de una carga rápida en CC a 195 kW con la que pasar de un 10 a un 80% en 34 minutos o ganar 100 km de autonomía en una pequeña para de menos de 10 minutos.
Aunque lo que más sorprende de esta base modular de aluminio es que, a pesar de estar ante un eléctrico, logra mantener prácticamente intactas las formas de lo que conocemos como un Rolls-Royce, y hasta lo mejora. Incluso con la nueva batería bajo el piso los asientos en el Spectre están apenas 2 cm más altos delante y 3 cm detrás que en un Phantom Coupé, se ha ganado un 30% de rigidez respecto a cualquier otro modelo de la casa previo, y su peso, incluso con sus dimensiones, material insonorizante y todo los materiales lujosos que incorpora este coche es apenas 226 kg superior al de un Cullinan o un BMW i7. Incluso el propio paquete de baterías tiene una interesante función adicional, ya que una vez acoplada a la plataforma actúa como el equivalente a 700 kg de material insonorizante.
Valoración del Rolls-Royce Spectre
Los responsables de Rolls-Royce nos contaron en más de una ocasión durante esta exclusiva prueba que la premisa principal con este Spectre 100% eléctrico es que primero fuera un Rolls-Royce, y en segundo lugar fuera un eléctrico. Y queda claro que lo han logrado. Los rasgos propios de los modelos de la casa de Goodwood no solo encajan como un guante en esta nueva era eléctrica gracias a ese concepto inicial que tenían sus fundadores de lo que debía ser un gran coche de lujo hace más de 100 años, sino que Rolls-Royce ha puesto todo su talento, tecnología y buen hacer para que todas las nuevas piezas que se han añadido al mecanismo en busca de ese nuevo futuro de cero emisiones encajen con la precisión de un reloj suizo en lo que se espera de un genuino Rolls-Royce.
Y tras recorrer los parajes de Hampshire y Sussex y despedirnos con tristeza de él en la espectacular finca de Heckfield Place podemos concluir que este Rolls-Royce Spectre es, en efecto, un genuino Rolls-Royce. Es un automóvil con un nivel de calidad exquisito, capaz de ofrecerte una experiencia de otra categoría al volante. Una experiencia que ofrece sensaciones distintas a las de otros coches con precios que ya rondan las seis cifras, pero que son igualmente únicas o al menos muy difíciles de alcanzar con este nivel de excelencia en este diverso mundo del automóvil. Es en definitiva una propuesta que incluso con su nuevo ADN eléctrico sabe muy bien qué coche quiere ser y cómo cuidar con mimo a sus ocupantes. Todo ello envuelto además en una bella y majestuosa silueta coupé que lo hace resaltar incluso entre sus parientes contemporáneos. Si tienes en torno a 400.000 euros libres en tu cartera -que pueden variar mucho dependiendo del nivel de personalización que uno desee- y asumes la sorprendente lista de espera que ya acumula fruto de su alta demanda no hay mejores ni más lujosas formas de dar el salto a la movilidad eléctrica.
A favor: Diseño, calidad de acabados, confort y aislamiento acústico, prestaciones, detalles y accesorios únicos a bordo, opciones de personalización.
El contra: Dimensiones, precio, capó delantero voluminoso sin espacio de almacenamiento.
