Este enorme mundo está lleno de personas con gustos muy particulares, y este mundillo del motor tampoco iba a ser menos. Es por eso que en muchas ocasiones traemos curiosos modelos o colecciones con las que muchos babearíamos. Porque hemos visto colleciones de Ferrari o de otras marcas pero... ¿Alguna vez te habías imaginado una colección de Porsche... exclusivamente blancos?
Pues existe y se encuentra en algún lugar desconocido de Estados Unidos y por primera vez el Porsche Club of América ha tenido un acceso sin precedentes a esta nave tan impecable y clara como imposible de valorar. En ella se encuentran ordenadamente colocados, como si de una museo se tratara, no menos de 65 Porsche blancos de distintas épocas y con distintas carrocerías ya sean coupé convertible o Targa. Desde Porsche 356 y 911 de todas las generaciones, los modelos 968 y 944 o el 914 con motor central. Pero también hay ejemplares muchos más potentes y exclusivos como el 959, situado en el centro de la colección, el Carrera GT o el 918 Spyder, sin faltar ni siquiera rarezas como el 911 GT1 "Strassenversion" y el icónico 911 Carrera RS 2.7 de 1973 con, no una, sino dos unidades.
También en grupos de varios vemos a dos 911 GT2 RS o hasta seis modelos de 911 GT3 RS que van desde 2004 a 2018. Lo que no se ve es ningún ejemplar de “gama más baja” como Boxter o Cayman ni tampoco modelos de cuatro puertas o SUVs como el Macan, Cayenne o Panamera, pero si están presentes dos tractores Porsche Diesel Junior también en un impecable color blanco.
Prácticamente toda la nave sigue el mismo código de vestimenta y la obsesión es tal que algunos modelos tienen incluso sus llantas y frenos pintados del mismo color. Imaginamos que será impresionante estar en un lugar así, que rivaliza con el el propio museo oficial de Porsche en cantidad de joyas de la marca alemana por metro cuadrado.
Especializado en el mundo del motor, la competición y la tecnología, Antonio Ramos Ochoa es redactor de Car and Driver. Se comenta que antes de bajarse del carro ya iba diciendo el nombre de los coches que iba viendo por la calle. Unos cuantos años después sigue hablando de una de sus pasiones aquí. Aficionado al Motorsport, el cine, videojuegos y la historia, incluso se desfoga de vez en cuando al volante de un kart o un simulador.
