Apenas es tres centímetros más largo que un Audi A6 y cuatro más que el Mercedes Clase E pero, en vivo, el Volvo S90 parece que juega en la liga de los ‘ministeriales’ A8 y Serie 7. Como puedes consultar en la ficha técnica y por increíble que parezca, no es así; el sueco engaña a todo aquel que lo mira para aparentar ser mucho más grande. Lo comprobarás el día en que te siga uno por la carretera y eches un vistazo por el espejo retrovisor. ¡Madre mía, qué tanque! La anchura, los afilados faros con la luz diurna en forma de T–guiño a la mitología nórdica– y una parrilla desproporcionada que bien parece la boca de un dinosaurio a punto de engullir a su presa hacen que rápidamente nos apartemos para dejarle pasar, un ‘respeto’ que el resto de conductores no muestran ni con el Mercedes ni con el Audi, al menos de forma tan descarada.

La importancia del euro
De primeras, el Volvo ha conseguido captar la atención de toda persona que se topa con él; ventaja de ser el último en llegar. Precisamente el gancho de la novedad es uno de los más importantes que tiene el S90; no hay que olvidarse que el Clase E es también bastante nuevo ya que lleva entre nosotros apenas unos meses pero su línea, tan parecida al Clase C, no es que le haga mucha justicia y eso que estamos ante uno de los Mercedes más revolucionarios de la historia, capaz de llevarnos casi de forma autónoma por la carretera, como te contaremos más adelante. El Audi es el ‘abuelo’ de las tres berlinas presentes pero ya quisieran muchos y muchas envejecer como él lo ha hecho gracias a la abundante cirugía estética a la que ha sido sometido. Afortunadamente, los diseñadores del modelo han tenido mejor atino que los cirujanos que retocaron a las actrices Renée Zellweger y Uma Thurman, irreconocibles tras su paso por el quirófano porque el A6 sigue siendo el Audi de representación que fue desde sus orígenes.

Volvo ha conseguido que el S90 se sienta ligero aun siendo el más pesado de la prueba

Otro de los ganchos del sueco se encuentra en el precio. En esta ocasión, el S90 se coloca entre medias de los dos alemanes, unos 1.000 euros por encima del Audi y cerca de 2.000 euros por debajo del Mercedes, a pesar de que los 49.381 euros que cuesta la versión elegida corresponden con la versión tope Inscription con caja de cambios automática –la manual está disponible con ese mismo acabado desde 47.000 euros–.

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Quizá lo que realmente resulta curioso si hablamos de dinero es que el Clase E es el más caro de todos con bastante diferencia. Pero los más de ocho millones de las antiguas pesetas que hay que soltar para hacerse con él están justificados por el equipamiento que lleva. Y si se tira de opcionales, el importe a pagar se dispara por encima de los 60.000 euros como es el caso por los asistentes a la conducción instalados y que se aglutinan bajo la denominación Drive Pilot –entre otros importantes extras–. Con ellos, el Clase E se convierte en Kitt, el Coche Fantástico; lástima que nosotros no en Michael Knight. No sólo acelera o frena en función de la distancia que le marcas con el coche de delante –algo que también hacen sus rivales–, sino que toma las curvas y cambia de carrilél solito cuando accionamos el intermitente del lado correspondiente. Levantar las manos en esas circunstancias y ver las caras de los copilotos de los coches que te están adelantando no tiene precio… La limitación a toda esta ‘locura’ la pone el propio sistema porque salta un aviso para que pongamos las manos en el volante cada minuto aproximadamente; de lo contrario, estos gadgets se desactivan para evitar problemas porque, recordemos, la conducción autónoma no es legal ni en España ni en Europa.

Señores del placer
La tecnología del Mercedes puede atragantarse a los conductores que reniegan de estos avances o no se llevan bien con la electrónica; si éste es tu caso, tranquilo, porque el Clase E sabe llevar a sus ocupantes con la elegancia y la distinción que se presupone. Tremendamente confortable y silencioso, el Mercedes es uno de los automóviles más placenteros de la actualidad, disfrutable desde sus mandos o acomodado como pasajero en cualquiera de sus otras plazas. El Volvo tiene un comportamiento muy parecido al germano, con un aplomo excelente debido a la amortiguación, si bien hemos percibido que el motor Diesel vibra más en aceleración que el también cuatro cilindros del Clase E.

Finalmente, el Clase E gana la batalla de las berlinas por ser el que más puntos suma en todas las categorías

El Audi curiosamente tiene la suspensión más deportiva del trío fruto del acabado S line que monta y que nos recuerda, salvando las distancias, a un BMW Serie 5, un modelo ausente en estas páginas debido a que acaba de presentarse su nueva generación, a la que nos subiremos en breve y de la que daremos cuenta en el próximo número. Pero el A6 en líneas generales se siente más duro por cualquier tipo de trazado, que no quiere decir incómodo ya que ésta no es precisamente una de las características de los Audi.

El Clase E también nos sorprende por el gasto de carburante. Cierto es que la ruta elegida es muy favorable y discurre principalmente por autovías, pero resulta sorprendente que el ordenador de a bordo registre una media inferior a los 4,5 litros a los 100. Incluso en momentos puntuales ha rondado los cuatro litros. Créetelo porque llevamos recorridos más de 300 kilómetros y el coche anuncia autonomía para 900 kilómetros. ¿Hace una escapada exprés a la playa?

La compra de un Clase E es segura y el A6, aun estando en su recta final, es una garantía

Todo por el ahorro
El Audi se acerca mucho a su compatriota, pero no consigue arrojar los asombrosos valores del Clase E y se queda en los cinco litros, un valor sobresaliente para el tipo de automóvil que es. Por su parte, el Volvo intenta alcanzar esos mismos datos pero no consigue aproximarse a ninguno de ellos, ni siquiera activando el programa Eco. La culpa de gastar 6,5 litros podría recaer en los neumáticos que monta, casi rodillos por la medida 255/35 con llantas de 20 pulgadas que calza, pero el Audi calca los ‘zapatos’ del S90 –las ruedas 245/40 R19 del Mercedes son las más lógicas–. Los culpables en realidad son otros: por un lado, 100 kilos adicionales que apenas se sienten dinámicamente –se aprecian cuando enlazamos curvas cerradas– y, por otro, una transmisión automática de convertidor de par no tan rápida y efectiva como el S tronic de Audi y el 9G-Tronic de Mercedes, ambas cajas de doble embrague.

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Pero ni con esas el Volvo se rinde y demuestra que ha venido para destronar al A6 y al Clase E sabiendo que el terreno en el que se mueve es de claro dominio alemán.

Precio, equipamiento y ficha técnica del Audi A6 2.0 TDI ultra S line edition 190 CV

Precio, equipamiento y ficha técnica del Mercedes Clase E 220 d 194 CV

Precio, equipamiento y ficha técnica del Volvo S90 D4 Inscription Aut. 190 CV