Cuesta alrededor de un 50% menos que los combustibles convencionales y es mucho más limpio. Hablamos del AutoGas o Gas Licuado de Petróleo para automoción, un combustible alternativo utilizado por millones de vehículos en todo el mundo. Esta mezcla de propano y butano obtenida en el proceso de refinado del petróleo se ha popularizado en los últimos 10 años; son muchas sus ventajas y se postula como una de las mejores alternativas a corto y largo plazo.
Prueba de ello son los más de 370 puntos de abastecimiento de AutoGas en las estaciones de servicio Repsol en España, un número que no deja de crecer y se suma a los más de 30.000 puntos existentes en toda Europa.
Alternativa real
Una de las mayores virtudes del GLP es su ecología ya que respeta el medio ambiente y es más sostenible que los combustibles tradicionales; tanto es así que no emite casi partículas. Asimismo, reduce hasta un 14% la emisión de CO2 respecto a los motores gasolina, cifra que aumenta hasta un 96% si lo comparamos con los diésel. En términos de ruido hablamos de una mejora del 50% respecto a los propulsores convencionales. En marcha se hace imperceptible el cambio de funcionamiento entre AutoGas y gasolina.
Otra de las ventajas radica en el ahorro al bolsillo. El coste medio actual es de entorno a 60 céntimos por litro, prácticamente la mitad de lo que cuesta el litro de gasolina hoy en día. A nivel de mantenimiento hablamos de un gasto idéntico al del resto de mecánicas conocidas, a los que también iguala en términos de fiabilidad y durabilidad. Los propulsores que funcionan con AutoGas se benefician también de ayudas por parte del gobierno central y algunos ayuntamientos y comunidades autónomas –ciertos municipios establecen descuentos en el impuesto de circulación–.
El Plan MOVEA contempla la subvención de 500 euros por la compra o conversión de un coche a GLP mientras que la DGT les otorga la etiqueta ECO, quedando exentos de las restricciones al tráfico en caso de que se apliquen en las grandes ciudades. Asimismo, siempre y cuando se indique en los paneles, les está permitido ir por el carril bus/VAO aún cuando circulan con un único ocupante. Además se ven favorecidos con importantes bonificaciones en las zonas de Servicio de Estacionamiento Regulado –SER–; en Madrid el descuento llega a ser del 60%.
La autonomía es otra de sus claves. La combinación de los depósitos de gasolina y GLP permite recorrer 1.200 kilómetros sin parar a repostar. Un alcance propio de los diésel, aunque en este caso el coste de utilización es menor y los niveles de contaminación se reducen drásticamente.
Presume de limpieza y autonomía
Ya son varios los fabricantes que ofrecen, al menos, una variante de AutoGas en su gama. Uno de los mejores ejemplos es Opel; la firma alemana dispone de opciones impulsadas por GLP para los Adam, Corsa, Astra, Mokka y Zafira. Nosotros hemos comprobado las virtudes de este combustible alternativo en el Corsa. La instalación del sistema de AutoGas –de serie– no repercute de ninguna manera en el aspecto del vehículo o la habitabilidad interior. El depósito de GLP ha sido ubicado en el hueco para la rueda de repuesto y los materiales utilizados para su construcción garantizan la seguridad en caso de accidente. Un botón situado en la consola central permite escoger con qué combustible circular: GLP o gasolina mientras que un indicador en el panel de instrumentos informa de la autonomía disponible en cada caso. El bloque atmosférico de 1.4 litros entrega 90 caballos de potencia y su condición bifuel le convierte en la alternativa más eficiente de toda la gama. En modo gas ahorra un 50% en el coste del combustible –consume 6,9 litros de GLP en ciclo combinado–, mientras que las emisiones de CO2 se reducen en un 13% respecto al modo gasolina –113 gramos por kilómetro–.