Se nota cuando un producto funciona; a BMW le ocurre con su Serie 4, compuesta por el Coupé, el Cabrio y el Gran Coupé de cinco puertas. A pesar de que vieron la luz en octubre de 2013, marzo de 2014 y junio de 2014 respectivamente, son tres automóviles que aguantan bien el envite de la competencia con unas ventas que coronan a este modelo como el preferido en su segmento. Pero no está demás renovarse para seguir siendo el rey durante los dos o tres años de vida que le queda aún –que se lo digan al Golf–.
Dentro de la nueva estética que lucen los tres automóviles, los retoques se centran en el paragolpes delantero y trasero, cuyas líneas inferiores son más aerodinámicas –sólo en líneas Sport y Luxury–, las llantas –cuatro tipos diferentes– y los colores –se añaden el Snapper Rocks Blue y el Sunset Orange–. En el interior hay tres tonos más para la tapicería, un volante de enfoque más racing y diversos apliques para los paneles de las puertas y la consola central. Si hablamos de equipamiento, el Serie 4 dispone de luces led adaptativas, pilotos traseros de diodos, cuadro de mandos digital y pantalla multifunción para el sistema multimedia, en la línea de la que utiliza el actual Serie 5 aunque sin control por gestos.
A nivel dinámico, desde BMW aseguran que ha habido una mínima actualización del chasis para aportar mayor rigidez al conjunto, algo que no hemos percibido durante la toma de contacto al circular por carreteras tranquilas en las que ha salido a relucir el lado confortable del coche, porque lo tiene aunque no lo creas. Los motores son todos idénticos, así que nada mejor que el 440i para disfrutar de los primeros kilómetros con este renovado Serie 4, en esta ocasión Coupé.
El seis cilindros en línea sigue siendo una joya por la forma que tiene de trabajar, con un gran empuje desde bajas vueltas y un sonido realmente excitante, que casa a la perfección con la filosofía del 4. La caja de cambios automática también merece sus elogios por la excelente lectura que hace de nuestra conducción y hasta el consumo no nos parece para nada desorbitado para el potencial que existe bajo el pedal del acelerador.
En lo que respecta al Cabrio, lástima que durante la prueba dinámica no hayamos podido descapotar el vehículo por dos motivos: el frío, con una temperatura exterior que rondaba los cuatro grados (aunque tiraríamos de la climatización, los asientos calefactados y el aire que sale entre el reposacabezas y el respaldo del asiento, la conocida como ‘bufanda de aire’) y la copiosa lluvia, a ratos alternada con niebla. Lo que sí apreciamos es el excelente aislamiento acústico de la capota, incluso a ritmos impuestos de autobahn. En este sentido, no os engañamos si decimos que es de las mejores del mercado incluso cuando la meteorología no acompaña.
Durante esta breve toma de contacto ha faltado ponerse a los mandos del Gran Coupé así como del M4, pero tranquilos porque cuando exista la posibilidad, ampliaremos la información.
