El nuevo Audi S1 utiliza todas las armas de Audi para ofrecer el máximo rendimiento y diversión al volante, aprovechando su tamaño compacto y su peso más ligero. El motor elegido es, por supuesto, el eficaz 2.0 TFSI que, con diferentes niveles de potencia, es el protagonista en la mayoría de los modelos más 'emocionantes' del grupo. En este caso ofrece 231 caballos que le permiten una aceleración de 0 a 100 km/h en 5,8 segundos con la velocidad máxima limitada a 250 km/h. El cambio es manual de seis relaciones y parece que el S1 no llevará el S-tronic ya que según los técnicos de Audi añade más peso que restaría diversión.
Como buen 'S', la transmisión es quattro y para instalar todo el conjunto de la tracción total ha sido necesario sustituir la suspensión trasera de eje torsional por una independiente, ya que el embrague Haldex, responsable del reparto de fuerza entre los dos ejes, va colocado junto al diferencial trasero. Este conjunto ocupa el hueco de la rueda de repuesto, por lo que el maletero mantiene la misma capacidad -210 litros-, pero la tracción total también ha exigido rediseñar el depósito de combustible, ahora en dos partes, que mantiene los mismos 45 litros del A1 de tracción delantera. Los amortiguadores son de dureza variable, pero se regulan electrónicamente en dos niveles en función del programa de conducción que escojamos en el Drive Select: efficiency, auto o dynamic.
En el exterior los cambios son evidentes pero no exagerados. El Audi S1 quattro luce nuevos paragolpes, con grandes tomas de aire en la parte delantera y un gran difusor con cuatro salidas de escape detrás, llantas específicas de 17 pulgadas que pueden ser en opción de 18, suspensión rebajada, panel trasero entre los pilotos en negro y alerón trasero de mayor tamaño. En opción se puede solicitar el paquete de diseño quattro para el exterior que incluye detalles en rojo en el interior de los faros, inserciones de aluminio en los paragolpes, techo negro, la inscripción quattro en las aletas traseras y llantas de 18 pulgadas.
Dentro también tenemos algunos cambios con el negro como protagonista incluso en el revestimiento del techo, las salidas de aire tienen un perfil en rojo, los pedales de acero inoxidable y los relojes con la escala en gris oscuro. Los asientos de serie se pueden sustituir por unos opcionales con más sujeción y el reposacabezas integrado y también se puede añadir el paquete de diseño quattro para el interior que incluye la parte trasera de los baquets, los pespuntes y algunos detalles de la consola central en el mismo color de la carrocería.
Nuestra toma de contacto se realizó en Suecia, con carreteras nevadas y en un circuito de hielo, con neumáticos de clavos y en unas condiciones muy diferentes a las que estamos acostumbrados. Al menos el circuito sirvió para poner la prueba los tres modos de funcionamiento del control de estabilidad. El primero de ellos, demasiado 'tutorial' para esas condiciones ya que limita cualquier exceso de fogosidad. En el siguiente nivel permite bastantes deslizamiento laterales pero acaba actuando para controla la situación, mientras que con la desconexión total solo queda recurrir al buen hacer del que conduce, aunque en este caso el bloqueo electrónico del diferencial y la gestión individual del par para cada rueda siguen activos.
El empuje del motor TFSI es siempre sorprendente, progresivo, sin saltos y con una respuesta inmediata, además de un sonido realmente agradable que no llega a resultar molesto. El cambio tiene también unos recorridos perfectos y un buen escalonamiento con poco salto hasta la quinta, ya que la sexta es muy larga y está claramente diseñada para desahogo a la hora de circular por autopista. La dirección es realmente rápida, con unas escasas 2,5 vueltas de volante entre topes y un tacto perfecto, incluso en las deslizantes condiciones en que lo probamos.
El Audi S1 está a la venta con la carrocería de tres puertas y la Sportback de cinco puertas, con unos precios de 34.200 y 34.930 euros, respectivamente.
