Insustituible desde 1999, el Seat León coge fuerza con esta nueva generación que llega para posicionarse como uno de los coches más vendidos de nuestro mercado. Para ello, no sólo se vale de una imagen más juvenil y deportiva, que engancha a primera vista, también cuenta con un chasis distinto, equipamiento tecnológico avanzado y –como principal novedad– una gama de motorizaciones y versiones amplia en la que estará incluido el León SC de tres puertas, así como un ST familiar, igual que sucede con el Ibiza.

Pero no vayamos tan rápido. El nuevo León que llega el mes que viene, lo hace con una gama algo más modesta y sólo disponible con carrocería de dos puertas. Los motores son los 1.2 TSI de 86 y 102 caballos y 1.4 TSI de 122 y 140 cv, este último de momento sin el sistema ACT de desactivación de cilindros que tiene en el Golf. La gama Diesel la conforman los 1.6 TDI de 90 y 105 caballos y el 2.0 TDI en su variante de 150, que es el que hemos elegido para esta primera prueba y con acabado FR –de color rojo en nuestra galería–. En el futuro, están confirmados los 2.0 TSI para las versiones más potentes así como un 2.0 TDI de 184 caballos. Los motores menos potentes podrán elegirse con acabados Emotion o Reference y los demás en Style o FR.

A SUS PUESTOS

Para empezar, lo primero que llama la atención en este León 2013 es que se siente más ligero y manejable. La clave es que estamos ante el primer y único modelo de Seat que aprovecha la nueva plataforma mecánica modular del grupo Volkswagen, la misma que emplean los Audi A3 o Volkswagen Golf que acaban de llegar al mercado y gracias a la cual, han visto reducido su peso. En el caso del León, hablamos de una rebaja cifrada en unos 90 kilos de media y todo ello a pesar de que el equipamiento ha aumentado notablemente.

Entre los sistemas inéditos destacan los faros de tecnología led integral, que realizan todas las funciones de alumbrado con estos diodos de luz; los programas de ayuda a la conducción, detector de somnolencia, luces largas automáticas y control de carril, principalmente; o el Seat Easy Connect, sistema que integra las funciones de entretenimiento y comunicaciones e incluye una pantalla táctil de 5 o 5,8 pulgadas, según versiones.

Pero al volante, apreciamos más si cabe el Seat Drive profile que permite al conductor modificar a su antojo diferentes parámetros como la dirección asistida, la entrega de potencia o el sonido -sólo en versiones FR- con tres posiciones: ECO, Confort y Sport.

AL GRANO

Por tanto, queda claro que estamos ante un León más ligero y avanzado que antes pero quizá lo más importante de todo sea que no sólo lo es, sino que además lo parece. El impacto visual es revelador, resulta más compacto y deportivo, incluso se asemeja al renovado Ibiza, una impresión a mi juicio positiva que se mantiene al volante. Gracias a una carrocería algo más corta –4,26 metros frente a los 4,31 del modelo precedente– maniobramos mejor en ciudad mientras que en carretera, nos beneficiamos de un chasis que, por el contrario, presenta un ancho de vías y una batalla ligeramente superiores.

Sólo así se explica que conducir el nuevo León en carretera de montaña sea más divertido que antes pero a la vez más seguro. Demuestra una estabilidad formidable, ofrece un tacto de guiado exquisito y se le nota un punto más incisivo a la entrada de las curvas.

El único contrapunto es que la parte trasera resulta menos habitable pero a cambio, el maletero ha pasado de los 340 a unos respetables 380 litros de capacidad. Podéis verlo con mejor detalle en este vídeo:

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