Tras años de rumores y especulaciones al fin hemos puestos nuestras manos sobre el volante del Seat Ateca, el SUV de la marca española inspirado en el concept 20V20 y desarrollado a partir de la plataforma mecánica MQB. Pocos modelos ha habido tan esperados dentro de la firma de Martorell, que ha visto como las marcas rivales se 'comían' buena parte de su pastel al carecer de un vehículo en el segmento SUV, sin duda el más exitoso de la última década.

Ocurrió hace ya casi en una semana, en un test previo organizado por la marca para algunos medios. Llegamos al aeropuerto del Prat, en Barcelona, y en el parking nos esperaban dos Ateca camuflados entre cientos de coches. Por fuera la estampa es elegante pero comedida en sus cotas, con un tamaño exterior de lo más confortable para una utilización diaria en ciudad sin el menor problema. Nos decantamos por una unidad Diesel de 150 caballos con tracción integral y en el nuevo y exclusivo acabado Xcellence, que marca el tope de gama. Sus 4,36 metros de carrocería –rival directo de los Hyundai Tucson o los Nissan Qashqai– esconden uno de los habitáculos mejor aprovechados del segmento. Y lo decimos con el metro en la mano, pues tanto sus plazas delanteras como posteriores son sencillamente brillantes. Un concienzudo trabajo de aprovechamiento del espacio han hecho del Ateca uno de los SUV en los que mejor se aprovechan cada milímetro de chapa. El habitáculo destaca por la amplitud de sus cinco plazas pero también por su buen maletero, de 510 litros en el 4x2 o de 485 litros en el 4x4. Sobresaliente, sin duda.

En el interior encontramos al que es, junto al León, el mejor Seat de la historia en materia de acabados y funcionalidad. Con un diseño muy parecido al del citado compacto, descubrimos una gran pantalla central de ocho pulgadas, numerosos huecos portaobjetos, una decoración bicolor y asientos mixtos –cuero y tela–, al menos en el nivel de equipamiento más elevado. El diseño general es tan sobrio como en su hermano compacto, pero el nivel de calidad y de firmeza en todos los acabados es elevado. De momento renuncia a cuadro de mandos digital, a nosotros nos gusta más éste, e incluye una pantalla rectangular entre los marcadores para información de viaje. Desarrollado a partir de la plataforma MQB del grupo, la misma del León o del nuevo VW Tiguan, el motor y el tipo de tracción marcan el esquema de suspensión trasera, en este caso contamos con un evolucionado tren trasero independiente debido a la versión citada.

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Ateca es un pequeño pueblo de Zaragoza con apenas 2.000 habitantes.

Con un habitáculo muy bien aislado, el Ateca nos sorprende los primeros kilómetros de autovía por la comodidad de su suspensión; ni rastro de brusquedades ni de dejarnos algún empaste al paso por un badén. Sin duda en Seat han trabajado a fondo la importancia de la comodidad de un vehículo pensado para viajar en familia en gran parte de los casos. La baja sonoridad es una de sus virtudes, y eso que el motor 2.0 TDI 150 CV de la unidad probada no es especialmente silencioso. Buscamos zonas de carretera más viradas para hacer uso del Seat Drive Profile que nos permite variar entre cuatro configuraciones mecánicas: normal, sport, ECO e Individual. A las que en nuestro caso, al contar con tracción integral 4Drive hay que sumas nieve y offroad.

Sobrados de motor encaramos un puerto de montaña más que respaldados por el contundente par del bloque. Activamos el modo Sport y descubrimos una ligera modificación en el tacto mecánico general que afecta fundamentalmente a la dirección, a la gestión del motor y al cambio DSG–caso de contar con él–, aunque en ningún caso a la suspensión. En estas circunstancias el Ateca apela al tacto deportivo 100% Seat tantas veces alabado. El tren delantero nos transmite un tacto extremadamente rápido y diligente con nuestras indicaciones. La precisión es su principal cualidad, lo que nos permite virar a velocidades elevares si la menor duda. No existe el más mínimo rastro de subviraje, y cuando lo forzamos descubrimos cómo antes de que llegue el derrapare entra en acción el tren trasero, que devuelve la compostura al Ateca y nos retorma a la trazada sin apenas darnos cuenta.

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No parece que estemos al volante de un SUV, no apreciamos inclinaciones ni rebotes de la carrocería. Sus reacciones son muy nobles y seguras.

A falta de probar aún el resto de la gama, especialmente las variantes con tracción delantera y algo menos potentes, que sin duda coparán los ranking de ventas, merece la pena reconocer el buen trabajo de la marca española. Sin duda la llegada del Ateca ha sido tardía pero segura. Tres motores Diesel y dos de gasolina componen la gama de motorizaciones de este SUV. Los primeros son el 1.6 TDI de 115 caballos y dos 2.0 TDI con 150 y 190 caballos, mientras que los segundos son un 1.0 TSI de 115 caballos y el 1.4 TSI de 150, este último con el sistema ACT de desconexión de cilindros. De serie las versiones más básicas serán de tracción delantera, mientras opcionalmente la mayoría puede contar con la total 4Drive así como con el cambio DSG, automático de doble embrague.

Por otro lado, el acabado denominado Xcellence ofrece un nivel de equipamiento nunca visto en Seat. Destaca el apartado de ayudas a la conducción, especialmente el Traffic Jam Assist, un sistema que en situaciones de tráfico denso maniobra, acelera y frena automáticamente el coche por dejado de los 60 kilómetros/hora. Para ello se sirve del control de carril Lane Assist y del control de crucero adaptativo. Las ayudas se completan con automatismos como el Front Assist con frenada de emergencia en ciudad con reconocimiento de peatones, el reconocimiento de señales o la detección de ángulo muerto y de tráfico posterior. No olvidemos tampoco el sistema de visión cenital compuesto por cuatro cámaras.

Por último, tampoco falta el sistema Seat Full Link, lo último en conectividad para asociar dispositivos de Apple o Android y manejarlos desde la pantalla multifunción. La horquilla de precios en gasolina está entre los 23.690 euros del 1.0 TSi 115 caballos en acabado Style y los 31.170 euros del 1.4 EcoTSI 4Drive de 150 en terminación Xcellence. En materia Diesel el precio parte de los 26.370 del 1.6 TDi 115 Style y llega a los 37.790 del 2.0 TDi 190 DSG 4Drive, pasando por los 28.130 euros del 2.0 TDi 150 Style.

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