Se trata de la primera versión ST global, es decir que se va a vender en todos los mercados del mundo y no solamente en Europa. Para ello, Ford ha renunciado al motor de cinco cilindros del anterior ST, a favor de un cuatro cilindros EcoBoost 2.0 turboalimentado, más adecuado para cumplir con las normas medioambientales más exigentes. A lo que no renuncia es a unos rotundos 250 caballos de potencia y a un asombroso par motor de 36,7 kilográmetros entre 2.000 y 4.500 revoluciones por minuto, o sea, una auténtica máquina de acelerar. Sus argumentos sobre el papel no pueden ser más convincentes: 10 % más de potencia y 20 % menos de consumo que la versión anterior.

Sobre la carretera, en particular las que marcan los tramos más espectaculares del Rallye de Monte Carlo, el Focus ST nos demostró que no cede un ápice en su deportividad. El nuevo Focus ha recibido un tratamiento por parte del departamento deportivo de Ford que Ha rebajado su chasis en 10 milímetros, modificando la suspensión (muelles y amortiguadores) y adaptando la dirección electromecánica variable a la conducción deportiva.

En comparación al anterior, notamos una agilidad mejorada en el cambio de trazada, seguramente debido a que el cinco cilindros cargaba más inercias sobre el tren delantero que este actual cuatro cilindros, más ligero. Pero, a la vez, notamos un filtrado más suave de suspensión, que beneficia sobre todo al uso cotidiano de un coche deportivo que también sirve perfectamente para el día a día.

En cuanto al motor, ha mejorado en todos sus mediciones a su antecesor, aunque ha perdido ese fuerte carácter del cinco cilindros y su gutural sonido.

El rigor del chasis con frenos sobredimensionados y la eficacia del motor, especialmente brillante a medio régimen, proporcionan un placer de conducción fantástico en carreteras de montaña. El cambio deportivo, rápido y preciso, posee unas primeras cuatro relaciones muy cerradas, con un evidente salto entre la cuarta y la quinta. Pero el enorme par motor disponible desde muy bajo régimen suministra sin rechistar unas respuestas y unas aceleraciones que permiten mantener la quinta en casi cualquier circunstancia.

Cuando llegamos a las poblaciones, el Ford Focus ST cambia radicalmente de personalidad. Su atronador escape enmudece y el motor de inyección directa callejea al ralentí registrando un consumo medio homologado de 7,2 litros a los cien, el mejor entre los compactos deportivos de su categoría. La dirección, que reconoce cuando necesitamos mayor capacidad de giro o un funcionamiento más suave, se adapta a las maniobras en ciudad donde disponemos de un coche polivalente como el que más.

Por primera vez en el desarrollo de esta versión, las divisiones deportivas americana y europea de Ford -SVT y Ford Racing Team Europe- han trabajado codo con codo para poner a un punto el chasis y asegurar un comportamiento dinámico de primer nivel. La suspensión trasera ha sido revisada, recibe piezas específicas y se ha modificado el tarado de los amortiguadores a la vez que se rebaja la altura en 10mm. La dirección también varía de cara a mejorar la agilidad en curva y ser más informativa.

Para digerir los 250 caballos dispone de un control electrónico del reparto de par -utiliza los frenos cuando sea necesario- que mitiga el subviraje y el ESP ahora dispone de tres fases. Cuando arrancamos el ESP y el control de tracción están activados, el segundo modo desactiva el control de tracción pero mantiene el ESP alerta y la tercera posición desactiva ambos controles.

INTERIOR PERSONALIZADO

Bastante discreto en sus planteamientos estéticos, el Focus ST es sin embargo fácilmente identificable del resto de la gama. Se ofrece en carrocería de cinco puertas y, por primera vez, en la variante familiar. Con un color exclusivo, el Tangerine Scream, incorpora una parrilla diferente, faldones, parachoques trasero con difusor y un alerón aerodinámico. Por dentro, los envolventes asientos deportivos Recaro y detalles de personalización exclusivos de esta versión, nos recuerdan de forma constante que conducimos una variante muy especial del Focus. Se ofertan tres niveles de acabado: el ST1 será el básico, el ST2 añade asientos parcialmente tapizados en cuero y climatizador bizona. El más exclusivo será el ST3 que incluye asientos eléctricos calefactables en cuero y faros bixenón.

Por último, cabe señalar que el Focus ST abandona la configuración anterior de tres puertas y sólo estará disponible en carrocería hatchback de cinco puertas o en la versión familiar. El exterior afila sus rasgos para diferenciarlo del resto de la gama. El frontal recibe un parachoques más agresivo con entradas de aire adicionales y antinieblas, y la zaga está rematada por un difusor y un escape trapezoidal de salida central. Las llantas de aleación son de 18 pulgadas -en opción se ofrecerán en color negro en contraste con las pinzas de freno rojas- y montan neumáticos Goodyear Eagle F1 Asymmetric 2 en medidas 235/40 R18. La gama de colores se reduce a cuatro: Performance Blue, Race Red, White y Tangerine Stream, siendo este último el característico y exclusivo de esta versión que sustituye al naranja de la anterior.

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