Como buen latino, el Seat Ibiza ha sabido cautivar a miles de conductores con su imagen, su calidad y su bondad; también ha 'enganchado' a otros cuando ha sacado a relucir su auténtico carácter a través de su afilado diseño, sus suspensiones tirando a duras y las potenciaciones de las versiones FR. Pero faltaba un tope de gama más radical para los conductores más pasionales... y éstos lo han encontrado: el Ibiza Cupra 2013 ya está en los concesionarios desde 22.600 euros, con unas mediciones realmente interesantes: 228 kilómetros/hora de punta, 6,9 segundos en el 0 a 100 y consumo medio de 5,9 litros.

Este 'Cup Racing' se convierte de facto en el Ibiza más rápido de la historia debido a las mínimas mejoras que ha sufrido y eso que la parte mecánica se mantiene inalterada. ¿Y qué es lo realmente inédito? Para empezar, la toma de aire inferior del parachoques delantero así como la parrilla tienen unas láminas horizontales que mejoran el flujo del aire a alta velocidad, por lo que se consigue menor resistencia aerodinámica (más velocidad en menos tiempo, con repercusión incluida en el consumo). Todo el frontal, además, es idéntico al que ya montan sus hermanos de gama, que recibieron una puesta al día en marzo de 2012.

Se continúa con los retoques de la suspensión anterior, con mejoras en el palier y los amortiguadores y se termina con brillantes toques de color en el habitáculo, como los remates en blanco en los paneles de las puertas, los bordes de los asientos tipo bacquet en idéntico color –independientemente de la tonalidad que se elija para el exterior al igual que si se opta por el opcional cuero; 811 euros–, la rediseñada radio –que carece de USB– y la incorporación de serie del Seat Portable System, el navegador con funciones ampliadas como ordenador de a bordo –incluido la temperatura del motor, indicador que no aparece en el cuadro de mandos– y reproductor de música vía Bluetooth.

Los frenos Seat Sport, que resisten mejor al agotamiento, cuestan 1.036 euros

Tras la buena sensación que nos ha dejado el exterior, iniciamos la marcha. Nos prometen grandes dosis de emociones; nosotros, las esperamos. En los primeros kilómetros, en los que circulamos de forma tranquila, se aprecia el buen aislamiento del habitáculo. Cambiamos a 2.500 vueltas y el Ibiza Cupra se mantiene en la línea de la eficiencia, con consumos instantáneos de unos seis litros según el ordenador de a bordo.

Una vez abandonamos la aburrida autopista de turno y partimos hacia una retorcida carretera de montaña secundaria, el Ibiza Cupra demuestra lo que es capaz de hacer. Apoyado en su caja de cambios automática de doble embrague DSG de siete velocidades –con función S–, decidimos darle un zapatazo al pedal del acelerador, rematado en aluminio con tacos de goma.

En ese momento, por el escape se aprecia un sonido racing mientras vemos cómo la aguja del 'cuenta' se estira hasta las 7.000 vueltas. El par máximo de este cuatro cilindros turbo 1.4 TSI con inyección directa está disponible desde las 2.000 revoluciones hasta las 4.500, a pesar de que traspasadas esas franjas –tanto por abajo como por arriba–, seguimos notando cómo tira el propulsor. Esto se debe a la actuación de un compresor a bajos giros y de un turbo a altos, si bien los dos trabajan conjuntamente en una determinada franja.

No está previsto que el Ibiza Cupra cuente con una personalización Bocanegra como ocurrió en su antecesor

Llegan las curvas y los frenos opcionales Seat Sport demuestran su valor porque, a pesar del continuado uso, siguen decelerando al Cupra sin miramientos. En los cambios de dirección consecutivos, cuando aparece el subviraje, el diferencial autoblocante electrónico XDS interviene frenando la rueda interior que pierde tracción, notándose un leve traqueteo en marcha. Mientras actúa, seguimos trazando y acelerando sin contemplación alguna, incluso cuando hay agua en la calzada. El ESP, por su parte, se activa muy de vez en cuando permitiendo jugar bastante con el coche. La dirección, con un tacto que no difiere en exceso a la de los Ibiza 'normales', ha sido afinada para trazar con mayor seguridad.

Toca poner fin a nuestra breve toma de contacto con el Ibiza Cupra y lo hacemos de la mejor forma: con una sonrisa. Y es que a pesar de ser el Ibiza más rápido de la historia, el trato que reporta a sus ocupantes es muy satisfactorio no sólo por las prestaciones, sino por la puesta a punto de la suspensión, que no castiga la espalda, y los excelentes bacquets, con unas 'orejas' que sujetan bien el cuerpo sin obligar a contener la respiración.

En cuanto al equipamiento, el Ibiza Cupra tiene muchos elementos de serie que en sus rivales hay que pagar a parte, como el citado navegador o los faros bixenón con led diurnos, pilotos con led, testigo de presión de neumáticos, cinco airbags, control de velocidad, faros antiniebla con función cornering, retrovisores exteriores eléctricos y calefactados, llantas de 17 pulgadas, antena con antirrobo, rueda de repuesto de igual tamaño, climatizador o asistente de arranque en pendientes.

Con sobrecoste, están el techo solar panorámico –769 euros–, los sensores de parking traseros –159 euros–, los frenos Seat Sport con pinzas AP Racing –1.036 euros–, la alarma volumétrica –246 euros– o diversos paquetes.

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