Citroën pone a la venta el que junto al Seat Toledo es uno de los coches más interesantes de la temporada si analizamos la excepcional relación entre calidad, espacio disponible y precio que ofrecen. No es posible analizar el nuevo C-Elysée con los mismos estándares de calidad que un vehículo convencional como por ejemplo el C4 compacto, puesto que no es justo, del mismo modo que su precio de venta también es bastante inferior.

Para el desarrollo de este automóvil el fabricante francés ha echado mano del mayor número posible de elementos que ya estuvieran en la 'despensa', para lograr así un desarrollo lo más económico posible. De hecho, el bastidor es el mismo que el de un C3 pero ligeramente alargado y ya en el puesto de conducción detectamos elementos ya utilizados en anteriores modelos de la marca, como los elevalunas o la pantalla central del ordenador de abordo de tipo monocromo.

La sensación en conjunto es buena, aunque no está al nivel de modelos como el citado C4 compacto o el C5. Es una pena que detalles tan pequeños como no guarnecer la tapa del maletero o la zona interior del capó empeoren de forma importante el conjunto. No cabe la menor duda de que se trata de materiales que ofrecen mayor dureza y resistencia al paso del tiempo que apariencia. Esto no quiere decir que el aspecto interior no sea correcto.

En el apartado mecánico, como decíamos antes, se recurre a la plataforma del C3 convenientemente alargada. Sorprende que una misma plataforma pueda dar servicio de una forma tan adecuada a un vehículo de 3,94 metros de longitud –C3– y a otro de 4,42 como es el Elysée. La gama de motores es corta pero para nuestra sorpresa este modelo estrena lo último en tecnología gasolina de Citröen; el nuevo propulsor de tres cilindros con 72 caballos de potencia. Un motor algo limitado en su empuje si vamos cargados, pero que funciona con una agrado y una polivalencia realmente sorprendente con uno y dos ocupantes y tanto en carretera como en ciudad.

La gama se completa con una variante gasolina de 115 caballos, lógicamente más recomendable que la anterior y con la verdadera estrella de ventas; el propulsor HDi en su versión de 92 caballos de potencia.En el puesto de conducción lo primero que llama la atención es la amplitud de cotas; especialmente en las plazas traseras, donde encontramos una longitud de piernas difícilmente igualable por un automóvil de 4,42 metros. Eso sí luego la anchura de hombros limita la habitabilidad a dos ocupantes adultos. Por si fuera poco, además disponemos de un maletero de 506 litros que es sencillamente inmenso y además muy utilizable al ser muy regular en sus formas.

Dinámicamente el comportamiento es muy noble y sencillo de controlar. Siempre prima la comodidad de los ocupantes, pero sin excesivas oscilaciones de la carrocería ni rebotes. De hecho si tuviéramos que destacar una virtud además del precio, sería su comodidad en cualquier circunstancia. Hay que tener en cuenta que se trata de un automóvil concebido para países como China o Grecia donde la red viaria es mucho peor que la nuestra.Está disponible en dos niveles de equipamiento; Seduction y Exclusive. Ambos incluyen lo necesario en materia de comodidad y seguridad, aunque que nadie espere opciones de lujo como los faros de xenón, el climatizador o la tapicería de cuero, porque como es lógico no existen.Por último, comentar que se fabrica íntegramente en Vigo y que tiene un precio de lanzamiento en torno a los 13.500 euros, aunque con los descuentos y el plan Pive se puede alcanzar una unidad por poco más de 10.000 euros.

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