Si trasladamos el dicho popular de “burro grande, ande o no ande” a las cuatro ruedas, el cuarteto de urbanos que nos ocupa es, sin duda, antagonista a lo que ‘reza’ este ‘principio’. El de mayores dimensiones –Renault Twingo– apenas alcanza los 3,60 metros de largo, es decir, unos 40 centímetros menos que su inmediato hermano mayor –Renault Clio–, por los más de 50 centímetros que distancian a los primos franceses con los respectivos Citroën C3 y Peugeot 208 –en este caso, el Smart Forfour es el modelo más grande de la marca y no hay un escalón superior–. Pero no te lleves a engaño por esto mismo: lógicamente, las menores dimensiones afectan al espacio disponible; por contra, facilitan las maniobras y las posibilidades de encontrar aparcamiento se multiplican al poder estacionarlos en cualquier hueco pequeño que encontremos, tal y como hemos comprobado en las atestadas calles de Madrid.

En este sentido, el Smart tiene un enorme ‘descaro’ para colarse por cualquier hueco tanto por su dirección eléctrica de 3,5 vueltas entre topes –idéntica a la del Twingo y manejable apenas con unos dedos por su elevada asistencia–, como por la respuesta inicial del bloque que, sin ser turbo, demuestra una buena arrancada; además, los 10 centímetros de menos que mide respecto a su pariente Twingo, en estos momentos, se notan. En el caso de los C1 y 108 hay que ‘pelearse’ un poco con los volantes al no tener la soltura de sus rivales a la hora de girar; asimismo, son más ‘pesadas’ y, aunque tienen menos vueltas entre topes, se nos antojan poco efectivas. Además, tenemos la ayuda de las cámaras de marcha atrás cuando aparcamos, cuya calidad de imagen está a la altura de las que equipan berlinas de alta gama y no exageramos: poseen un excelente brillo incluso en la noche y no deforman la realidad de los obstáculos que registran, algo que suele ocurrir con frecuencia en estos casos.

Twingo y Forfour son estrictos cinco puerrtas; 108 y C1, por contra, disponen de versiones tres puertas

Pegados al asfalto
Pero también nos muestran su desparpajo en la carretera, como el caso del Twingo, capaz de plantarse en una autopista y rodar a 120 kilómetros/hora con un confort realmente satisfactorio y muy próximo incluso al del Clio por aplomo. Es cierto que el aditamento deportivo que incluye –con unos muelles y amortiguadores endurecidos– influye sobremanera en esta apreciación. Mientras que las inclinaciones de la carrocería se reducen al máximo, las irregularidades se transmiten al habitáculo más de lo que nos gustaría, en parte también por los exagerados neumáticos en medida 185/50 delante y 205/45 detrás con llanta de 16 pulgadas. Pero la ‘frescura’ que aporta a la hora de enlazar curvas fruto de su configuración mecánica –motor y tracción posteriores– nos parece de lo más acertado y gratificante en este segmento más bien ‘soso’ en lo dinámico. Las sensaciones que nos llegan son tan buenas y divertidas que nos imaginamos de inmediato cómo será la preparación RS de 130 caballos…

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Sin llegar a ser tan duro pero con un comportamiento prácticamente calcado, el Smart Forfour se muestra un escalón por debajo en ‘deportividad’ debido a la amortigación más confortable y eso que en esta ocasión lleva unas ruedas idénticas y del mismo fabricante –Continental ContiEcoContact 5–.

El modo Eco del Renault reduce de inmediato el consumo 0,5 litros a los 100

Por contra, los Citroën y Peugeot se sitúan como las opciones que mejor tratan a los ocupantes, a pesar de que ‘sufren’ las consecuencias de una puesta a punto más blanda –se echa en falta unos asientos que sujeten mejor el cuerpo–, con ciertos subvirajes a la salida de los giros más cerrados frente a los sobrevirajes de sus ‘enemigos’. Curiosamente, montan las mismas ‘gomas’ que Twingo y Forfour, aunque en un tamaño razonable de 165/60 R15.


Por la contaminación
Con la amenaza creciente de cerrar las ciudades europeas a los coches turbodiésel debido a las emisiones nocivas que arrojan –y que se frenan con sofisticados sistemas, como los caros filtros de partículas–, este tipo de automóviles se vuelven más atractivos que nunca. Todos ellos equipan motores tricilíndricos de gasolina asociados a cajas de cambio manuales de cinco relaciones que consumen según nuestros registros, entre 5,0 y 5,5 litros a los 100. El más parco en gasto es el Renault Twingo, que cuenta con el programa Eco, activable a través de un botón ubicado delante de la palanca de marchas.

Con el Start&Stop; activo, se limita la energía que consume el climatizador y la caballería se reduce significativamente, tanto que nos dará la sensación de conducir un coche diferente y habrá que recurrir al cambio ante cualquier exigencia de potencia, algo que no ocurre si circulamos sin el programa Eco. En ciudad este sistema se hace indispensable para reducir el gasto de combustible pues es donde más se dispara la media debido a las continuas salidas desde parado.

Por su parte, Citroën y Peugeot comparten idéntico 1.2 de 82 caballos. Aunque carecen de un sistema ecológico como el del Twingo –incluso de arranque y parada automáticos–, los desarrollos son muy cortos y prácticamente calcados a los de su compatriota. En marcha sorprenden que tengan ocho caballos menos puesto que parecen ser más rápidos en cualquier régimen de actuación que el Renault aun teniendo menos par; quizá influya la sonoridad que llega al habitáculo en aceleración, con ciertos tintes deportivos cuando se estiran las marchas. Como era de esperar, el consumo se dispara unas décimas siendo los que menor autonomía permiten por depósito.

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El paquete Confort del Smart –275 euros– incluye volante ajustable en altura

A igualdad de precio, el bloque del Smart Forfour es menos potente; es muy tranquilo y debido a sus peores prestaciones–seis segundos más lento en el 0 a 100– resulta más recomendable en vías secundarias y en el centro de las urbes, donde sí demuestra soltura.

Demasiado dinero
Ninguno de estos cuatro pequeñines es barato y se corre el riesgo de disparar la cuenta a abonar al añadir algunos opcionales, dejando de ser interesantes de inmediato ya que, por ese mismo precio, existen utilitarios y algún que otro compacto de renombre.

El caso más llamativo es el del Smart, en el que hay que tirar de chequera y añadir opcionales ‘básicos’ como el depósito de combustible ampliado a 35 litros o la regulación del volante en altura, ya que de serie viene bastante ‘pelado’. A los tres galos no les ocurre lo mismo afortunadamente, pero sí que hay que optar por los acabados intermedios para tener un vehículo con lo mínimo indispensable, sobre todo, en cuanto a sistema de infoentretenimiento se refiere, donde Renault y su fantástico R-Link se sitúan por encima.

Precio, equipamiento y ficha técnica del Citroën C1 5p Puretech

Precio, equipamiento y ficha técnica del Peugeot 108 5p Puretech

Precio, equipamiento y ficha técnica del Renault Twingo 0.9 Tce

Precio, equipamiento y ficha técnica del Smart Forfour 0.9 Sce

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