El nuevo Serie 3 se dio a conocer en París (Francia), se fabrica en Múnich (Alemania) y acabamos de conducirlo en el Algarve portugués. Conocido internamente como G20 y tras cinco años de desarrollo, la berlina llega dispuesta a recuperar el terreno perdido tras la renovación de la competencia. El coche crece 85 milímetros de largo para llegar a 4,80 metros. El ancho y el alto también hacen lo propio, pero en menor medida: 16 milímetros y un milímetro respectivamente. La batalla también se incrementa 41 milímetros (ahora, 2,85 metros), así como las vías delantera (+ 43 milímetros) y trasera (21 milímetros).
A nivel estético es cierto que no ha habido una revolución; tampoco se la esperaba. El diseño es muy continuista a lo visto hasta el momento. De frente, llaman poderosamente la atención los faros, que pueden ser de láser y tienen un alcance de más de medio kilómetro, así como la parrilla, con sus ya característicos dobles riñones, cuyas láminas se cierran por aerodinámica y cuando la mecánica no necesita refrigerarse. La parte trasera es más controvertida y no por la boca de carga, bastante amplia y que da acceso a un maletero de 480 litros, sino por la línea general, que recuerda a modelos de Audi y Lexus.
Frente a un exterior continuista, en el interior se aprecia un importante salto evolutivo. Además de la ganancia de espacio para los pasajeros posteriores, fruto del incremento en todas las cotas del vehículo, la instrumentación es más tecnológica que nunca. El cuadro de mandos puede ser digital y con una pantalla de 12,3 pulgadas, y aunque el Serie 5 y el Serie 7 montan uno parecido, el del Serie 3 está a años luz por varios motivos: cambia las vistas, el color de fondo y hasta los datos que aparecen reflejados. Es capaz, incluso, de reproducir el mapa del navegador a color y con el máximo nivel de detalles, al estilo del Virtual Cockpit de Audi, todo ello con unas transiciones rapidísimas.
En el otro lado de la balanza se encuentra el sistema multimedia –el básico se asocia a una pantalla de 5,7 pulgadas mientras que, el tope de gama, es de 10,25 pulgadas–. Incorpora muchas más funciones, por lo que su manejo no es tan intuitivo, lo que obliga a leerse antes el manual de instrucciones. Entre ellas destaca un asistente de órdenes vocales, al que le puedes preguntar por el tiempo que va a hacer en tu destino, qué hamburguesería es la más cercana a tu posición… y hasta por el nivel de aceite del coche. Basta con decir ‘ey, BMW’ para activarlo. Esta expresión se puede cambiar por otra que queramos, como pueden ser ‘ey, mi Serie 3’ o ‘ey, chiquitín’. Un paso más en la personalización…
Buena parte de los mandos son prácticamente idénticos a los de los nuevos Serie 8 y Z4. Con ellos comparte, por ejemplo, los controles del climatizador, que ahora se encuentran arriba, entre las salidas de la climatización, una ubicación estratégica porque apenas obliga a apartar la mirada de la carretera. Por lo demás, la calidad percibida es sobresaliente y el puesto de mandos, bajo y tendido, marca de la casa.
Durante nuestra toma de contacto, hemos tenido oportunidad de conducir dos de las versiones que estarán disponibles desde marzo, cuando el Serie 3 llegue a los concesionarios: 330i en gasolina –a partir de 47.250 euros– y 320d en Diesel –43.700 euros precio base–. El primero de ellos, con 258 caballos, tiene una gran elasticidad y un sonido que a veces recuerda a bloques más 'gordos'. En el caso del segundo –190 caballos–, es un propulsor cuyo principal atractivo está en el reducido gasto de combustible, principalmente con el programa más eficiente de los disponibles, el conocido Eco Pro. Ambos son muy silenciosos ya que, desde BMW, han trabajado a fondo en la insonorización del Serie 3 tras las recomendaciones generalizadas de anteriores propietarios.
Independientemente de la mecánica, el Serie 3 sigue siendo una berlina con carácter. Pisa firme gracias a los nuevos amortiguadores delanteros, que incluyen una serie de innovaciones nunca antes vistas en un automóvil del estilo, con un tarado tirando más bien a muy firme. Además, a la hora de trazar las curvas, mantiene esa dinámica tan característica de la firma germana. En ese peculiar comportamiento influyen un reparto de pesos equitativo al 50% entre ejes. El cambio automático de ocho velocidades es otro de los puntos fuertes del Serie 3. Aconsejamos montarlo si no viene de serie por su rapidez y por la ausencia de tirones.
La jornada de pruebas del Serie 3 finalizó en el circuito de Portimão, donde tuvimos ocasión de poner al límite el M340i xDrive, que llegará aproximadamente en verano por unos 60.000 euros. Las unidades preserie disponibles iban camufladas con vinilos de color blanco y negro. Aun así, la calidad y el nivel de terminación eran idénticos a los vistos en los coches de serie. En el trazado portugués comprobamos que es un coche tan divertido como exigente. A pesar de la tracción integral xDrive, el M340i se vuelve tan delicado de atrás con el programa Sport que, si aceleras antes de tiempo, es muy probable marcarse una cruzada siempre y cuando no vayan activos los controles. Con éstos, la zaga te pega literalmente un 'hachazo', pero la cosa se queda ahí, en un espectacular derrapaje con el que se te queda la cara blanca.
El M340i es una auténtica bestia, con sus 374 caballos y un 0 a 100 de 4,4 segundos, a tan sólo tres décimas del M3 actual de 431 caballos. Se nota que al nuevo Serie 3 le va la marcha…
